Banco Central Europeo mantiene postura monetaria restrictiva

Debido a la elevada inflación y a que ésta sufre fuertes presiones, el  Banco Central Europeo decidió elevar sus tasas de interés de  referencia en 25 puntos base, quedando la tasa de depósito en 3.25%.  Hacia delante, se anticipan otros incrementos, dependiendo de los  datos, y, cuando concluya el ciclo de alzas, mantener las tasas en su  nivel terminal durante un período prolongado hasta que exista  evidencia que la inflación está disminuyendo a la meta del 2%.

Se reconoce que el impacto de los pasados incrementos en tasas de  interés sobre la economía real es incierto. El crecimiento económico  estimado para el primer trimestre fue de 0.1%, cifra que de alguna  manera refleja resiliencia, gracias a los menores precios de energía,  arreglo en las cadenas de distribución y apoyos fiscales a empresas y  familias, aunque se anticipa que la demanda doméstica privada  probablemente permanece débil.  

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La inflación general repuntó ligeramente de 6.9% en marzo a 7% en  abril, mientras que la inflación subyacente se ubicó en 5.6% abril.  Existen fuertes presiones al alza provenientes del impacto rezagado  de aumento de costos de energía y cuellos de botella, demanda de  servicios con la reapertura de la economía después de la pandemia y  aumento de salarios.

A diferencia de otros bancos centrales, el BCE todavía no da señales  de una conclusión en el actual ciclo de alzas en tasas de interés.  Consideramos como probable que ocurran dos incrementos más de 25  puntos base cada uno, con una tasa de depósito terminal en 3.75%,  todo dependiendo de la evolución de la inflación.