Banco Mundial: Las “frágiles condiciones económicas” pueden llevar a la recesión

El Banco Mundial, que ha rebajado del 3% al 1,7% sus previsiones de crecimiento global para 2023, su ritmo más débil en casi tres décadas si se excluyen los periodos de recesión.

A esas predicciones añade una importante llamada de atención: dadas las “frágiles condiciones económicas”, cualquier acontecimiento adverso podría empujar a la economía mundial a la recesión.

El BM advirtió que la economía mundial estará “peligrosamente cerca” de la recesión este año, debido al menor crecimiento de las principales economías del mundo como Estados Unidos, Europa y China.

De cumplirse, sería la tercera expansión anual más débil en tres décadas, sólo por detrás de las recesiones derivadas de la crisis financiera mundial de 2008 y de la pandemia de coronavirus de 2020.

Aun cuando esta no se produjese finalmente, los augurios de la entidad en el informe de perspectivas presentado este martes no son halagüeños.

Revisan a la baja el crecimiento del 95% de las economías avanzadas y casi el 70% de las emergentes y en desarrollo. Para las primeras vaticina que el crecimiento desacelere del 2,5 % de 2022 al 0,5% en 2023, con los tres grandes bloques flaqueando.

“La invasión rusa de Ucrania ha añadido nuevos costes importantes”, comentó el presidente del Banco Mundial, David Malpass. “El panorama es particularmente devastador para muchas de las economías más pobres, donde la reducción de la pobreza ya está paralizada y es probable que el acceso a la electricidad, los fertilizantes, los alimentos y el capital siga siendo limitado durante un período prolongado”, agregó.

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El Banco Mundial prevé que la economía de la Unión Europea no crezca el año que viene, tras haberse expandido un 3,3% en 2022. Prevé que China crezca un 4,3%, casi un punto porcentual menos de lo que había pronosticado anteriormente y aproximadamente la mitad del ritmo que Beijing registró en 2021.

“Aunque la UE cumplió su objetivo de almacenamiento de gas natural antes de lo previsto para este invierno, es poco probable que suceda lo mismo el próximo invierno dado el corte de Nord Stream 1 y la falta de la infraestructura necesaria para diversificar el suministro. Incluso este invierno, temperaturas inusualmente bajas podrían obligar a una reducción acelerada de suministros, creando una situación en la que los países tendrían que comprar gas natural adicional a precios elevados o aplicar un racionamiento severo”.

Una recesión global golpearía especialmente en los países más pobres de zonas como el África sahariana, donde vive el 60% de los pobres del mundo. El Banco Mundial prevé que la renta per cápita crecerá sólo un 1,2% en 2023 y 2024, un ritmo tan tibio que los índices de pobreza podrían aumentar.

“La debilidad del crecimiento y de la inversión empresarial agravará los ya devastadores retrocesos en educación, sanidad, pobreza e infraestructuras, así como las crecientes exigencias derivadas del cambio climático”, afirmó Malpass, y agregó que “abordar la magnitud de estos retos requerirá muchos más recursos para el desarrollo y los bienes públicos mundiales”.

La desaceleración simultánea de las tres grandes potencias ya fue adelantada por la directora gerente del Fondo Monetario Internacional, Kristalina Georgieva, el pasado 1 de enero, una muestra de que el pesimismo sobre la evolución de la actividad cunde entre los principales organismos.

La ralentización se produciría en un momento de inflexión: lo peor de las consecuencias económicas de la pandemia quedó atrás, pero también se utilizó la artillería monetaria y fiscal más potente, lo que ha reducido el margen de actuación al elevar el endeudamiento público.

“Aunque se espera que la inflación mundial se modere, se mantendrá por encima de los niveles previos a la pandemia”, afirma el banco.

El Banco Mundial recuerda que de producirse una recesión global, sería la primera vez en 80 años que se dan dos en una sola década.