BCE no ve la luz al final del túnel
La institución anuncia su octavo incremento consecutivo del precio del dinero para luchar contra la alta inflación. Las proyecciones muestran que el crecimiento de los precios no alcanzará el objetivo, de media, ni siquiera en 2025, y Lagarde anticipa una nueva subida de tipos en julio.
El precio del dinero aumentará en 25 puntos básicos, hasta el 4% para el tipo de referencia y al 3,5% para la facilidad de depósito, en lo que apunta a ser uno de los últimos movimientos del ciclo ininterrumpido de ascensos iniciado el pasado julio. El BCE tiene claro sin embargo que habrá una nueva subida de tipos el próximo julio, a menos que la inflación subyacente mostrara una notable caída que la institución ahora desde luego no contempla.
Menos de un día después de que la Reserva Federal dejara sin cambios los costos de endeudamiento tras 10 aumentos consecutivos, el BCE subió su tasa de depósito al 3,5%, el nivel más alto en más de dos décadas y en línea con las expectativas de economistas y operadores.
El organismo reconoce que “la inflación ha disminuido, pero se prevé que siga siendo demasiado alta durante demasiado tiempo”.
el BCE augura una tasa subyacente del 5,1% para este año, por encima del 4,6% que estimaba en sus previsiones de marzo. La institución que preside Christine Lagarde no se permite todavía hacer pausas en las alzas de tipos, a diferencia de lo decidido ayer por la Reserva Federal, que contempla en todo caso dos subidas más para este año.
“¿Todavía nos queda camino por recorrer? Sí”, declaró a la prensa la jefa de la autoridad monetaria en Fráncfort. “Y puedo ir más lejos: puedo decirles que, salvo que se produzca un cambio sustancial en nuestra línea de base, es muy probable que sigamos subiendo las tasas en julio”.
Las decisiones se vieron respaldadas por nuevas proyecciones trimestrales que sugieren que la inflación se moderará más lentamente de lo previsto, hasta el 2,2% en 2025. Esta cifra sigue estando por encima del objetivo del 2%, pero es inferior a los niveles actuales, que triplican el objetivo. La expansión económica en la zona euro, integrada por 20 países, se considera algo más débil tras los recientes datos que revelan una leve recesión invernal.
“Las perspectivas de crecimiento económico e inflación siguen siendo muy inciertas”, dijo Lagarde.
El organismo reconoce que “las presiones salariales se están convirtiendo en una fuente de inflación cada vez más importante”. Así, la remuneración por asalariado aumentó un 5,2% en el primer trimestre del año y los salarios negociados un 4,3%.
El BCE tampoco pasa por alto que, pese al alza de tipos, “las empresas de algunos sectores han podido mantener unos beneficios relativamente altos, especialmente cuando la demanda ha superado a la oferta”. Así, aunque la mayoría de los indicadores de las expectativas de inflación a largo plazo se sitúan actualmente en torno al 2%, “algunos indicadores siguen siendo elevados y deben vigilarse de cerca”, según explica el BCE.
El BCE también ha actualizado hoy sus previsiones de crecimiento e inflación hasta 2025, que muestran un crecimiento mínimamente más débil frente a lo pronosticado en marzo y un ligero ajuste al alza en las estimaciones para la inflación. Así, para este año, el BCE espera un IPC en tasa general del 5,4%, desde el 5,3% de marzo; del 3% en 2024, una décima más que hace tres meses, y del 2,2% en 2025. Para la inflación subyacente, la previsión para este año aumenta al 5,1%, desde el 4,6% calculado tres meses atrás. Esta tasa sería del 3% en 2024, cinco décimas por encima del pronóstico de marzo, y del 2,3% en 2025. El BCE confía en que el descenso en los precios de la energía tenga un efecto contagio sobre el conjunto de la economía que contribuya a moderar la inflación. Así, el organismo ha recortado sus previsiones para el precio del petróleo respecto a lo estimado en marzo. Si entonces apuntaba a un barril de petróleo en los 82,6 dólares este año y en los 77,8 el próximo, ahora prevé un precio en los 78 dólares para 2023 y en los 72,6 en 2024.
La nueva estimación de crecimiento en la zona euro para este año se ve recortada en solo una décima, al 0,9%, mientras que para 2024 se espera un alza del PIB del 1,5% y del 1,6% en 2025. Según explica el BCE en su comunicado, “las anteriores subidas de los tipos acordadas por el Consejo de Gobierno se están transmitiendo con fuerza a las condiciones de financiación y están afectando gradualmente a toda la economía. Los costes de financiación han aumentado de forma acusada y el crecimiento de los préstamos se está ralentizando. El endurecimiento de las condiciones de financiación es uno de los motivos principales por los que se prevé que la inflación continúe disminuyendo hacia el objetivo, ya que se espera que frene cada vez más la demanda”.
Los bancos centrales de las economías avanzadas se acercan a la fase final de su ofensiva contra la inflación mundial. Sin embargo, quieren asegurarse de haber controlado los precios. La Fed adoptó un tono de línea dura al hacer una pausa el miércoles. Australia y Canadá reanudaron inesperadamente los aumentos de tasas.
Ver más: BCE confirma que vuelve a subir las tasas en junio
Ver más: BCE: “Banca en la sombra” pone en peligro el sistema financiero
Ver más: BCE seguiría elevando tasas