¿Cómo funciona una casa inteligente?

En Argentina, tener un Smart Home se está volviendo más habitual. Según datos del portal Statista, la penetración de la tecnología para hogares inteligentes fue de un 15% en 2022 y se proyecta que alcance un 41,7% para el 2027.

La domótica está teniendo nuevos alcances, convirtiéndose en una solución de muchas necesidades del hogar contemporáneo. No obstante, puede que haya dudas de cómo funciona realmente un hogar inteligente.

Para saber más sobre este concepto, hablamos con Marcelo Shen, country manager de EZVIZ y experto en tecnología para smart homes, quien ha trabajado con esta marca en el desarrollo de dispositivos para tecnología inteligente en el hogar, como sistemas de videovigilancia, alarmas y cerraduras inteligentes.

Así es cómo funciona un hogar inteligente

Comunicación centralizada o «El internet de las cosas» (IoT): Las casas inteligentes se basan en el concepto de Internet de las Cosas (IoT), en el que varios dispositivos están conectados a Internet y pueden comunicarse entre sí. Estos dispositivos utilizan diversos protocolos de comunicación, como Wi-Fi o Bluetooth para intercambiar datos y órdenes.

Los dispositivos inteligentes: Aquí los protagonistas son los solucionadores directos de la necesidad del usuario. Una cámara, una cerradura inteligente, una alarma… cada dispositivo tiene un propósito específico y están todos interconectados para crear una experiencia total, sin fisuras.

Con las cámaras de EZVIZ, por ejemplo, se puede ver lo que capta el lente en tiempo real, a través de un smartphone, laptop, tablet y demás dispositivos móviles, de la misma manera que una cerradura se puede controlar, o de vuelta, recibir notificaciones de lo que estos dispositivos estén configurados para detectar: voces, movimiento, llamados de alerta, etc.

Asistentes de voz: Es muy popular ver hogares ya dotados con asistentes virtuales como Alexa de Amazon o Google Assistant, mecanismos mediante los que se pueden controlar estos dispositivos conectados a través de comandos de voz, lo que automatiza y agiliza mucho más la operación de la tecnología del smart home. Cámaras, alarmas, cerraduras, todas ellas son compatibles con estos asistentes.

Control, automatización y almacenamiento: Los dispositivos inteligentes, como las cámaras en el caso de EZVIZ, vienen con EZVIZ App, su propia aplicación, para poder configurar y controlar el dispositivo: recibir notificaciones ante movimientos o sonidos específicos, visualizar lo que sucede a través del smartphone, incluso hablar a través de la cámara o sistema de acceso usando la app en el teléfono.

Asimismo, en materia de videograbación, se puede guardar el material registrado tanto en almacenamiento físico tipo MicroSD como en la nube, para disponer allí de todo el material, compartirlo y visualizarlo en cualquier momento.

Estas apps son fáciles de usar, intuitivas, cualquier usuario puede aprender a utilizarlas, y empatan casi siempre con la facilidad de instalación del mismo dispositivo.

Datos y seguridad: Protección de la privacidad: Como las casas inteligentes dependen de la transferencia de datos y del acceso remoto, la seguridad y la privacidad son primordiales. Fabricantes emplean protocolos de encriptación y comunicación segura para salvaguardar los datos. Las actualizaciones periódicas del software también ayudan a corregir vulnerabilidades.

El futuro de las casas inteligentes

«La tecnología ahora es más accesible y tener un hogar inteligente se ha democratizado», señala el experto Marcelo Shen. «Cada vez nuestro entorno doméstico viene ya equipado con las condiciones para interconectarse y empezar a funcionar para aliviar la vida de los usuarios al máximo».

Y las expectativas a futuro son prometedoras. Conforme avance la inteligencia artificial, las casas inteligentes serán más intuitivas, podrán aprender las preferencias del usuario y se adaptarán a las condiciones cambiantes de forma autónoma, redefiniendo aún más la vida moderna.

«Al principio, un Smart home se centraba en la automatización y el control remoto de las funciones básicas», concluye el vocero. «Ahora pueden anticiparse a las necesidades de los ocupantes, adaptarse a las condiciones cambiantes y aprender las preferencias del usuario a lo largo del tiempo».

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