COP 29: La falta de acción política llevará a la destrucción de la Tierra

(Azerbaiyán) Las conversaciones climáticas de la COP29 comenzaron el lunes en Bakú, Azerbaiyán, menos de una semana después de la elección de Trump. Hay nerviosismo entre los diplomáticos del clima sobre el papel que jugará EE.UU. en la acción climática global en el futuro.

Durante su campaña electoral, Trump prometió sacar al país del Acuerdo de París, como lo hizo en su primer mandato, y aumentar la producción de petróleo, un combustible fósil que calienta el planeta.

«Acabo de presenciar una de las mayores catástrofes climáticas de nuestra historia. Más de 200 personas han perdido la vida. Por ellos estoy aquí: para decir que el cambio climático mata». Con esta dolorosa afirmación, el Presidente del Gobierno de España, Pedro Sánchez, recordó en la Cop29 de Bakú que no será el espíritu «coplandiano» el que ponga fin a las tragedias cotidianas provocadas por el clima.

«Quisiera reiterar el llamamiento del Papa Francisco pidiendo a las naciones ricas que reconozcan la gravedad de las acciones pasadas anulando la deuda de los países pobres. Sería una decisión de justicia. Existe una verdadera deuda ecológica sobre todo entre el Sur y el Norte del mundo y está vinculada a los desequilibrios comerciales», pedía el cardenal Pietro Parolin.

De acuerdo a María Fernanda Espinoza, expresidenta de la Asamblea General y miembro de la Comisión Internacional de Consejeros para la COP 29, lo que se espera de la COP 29 es que pueda cumplir su mandato. Y el mandato es de establecer un NCQG, que quiere decir, un nuevo objetivo cuantitativo colectivo que sea justo y ambicioso.

Se requiere una nueva cifra que permita financiar los costos de una transición ecológica, de una transición energética y de las economías del mundo para reducir emisiones y potenciar nuestra capacidad de adaptarnos al cambio climático.

Lamentablemente, todos los informes y la ciencia nos muestran que en lugar de reducir emisiones estamos incrementando emisiones. Se trata de retirar 4000 millones de toneladas de CO2 de la atmósfera y para eso se requiere la decisión política, pero también los recursos, sobre todo para los países en desarrollo.

En segundo lugar, necesitamos avanzar en los acuerdos que ya establecimos en el momento de la COP28, sobre todo luego de la evaluación de medio término de los Acuerdos de París, que se llama el Global Stocktake.

El presidente de Azerbaiyán Ilham Aliyev dijo que el petróleo y el gas son “un regalo de Dios” en un discurso altamente defensivo en el que arremetió contra los “dobles estándares” de algunos países occidentales, grupos sin fines de lucro y medios de comunicación.

Por su parte, el secretario general de la ONU, António Guterres, dijo que el mundo estaba en la “cuenta regresiva final” para limitar el calentamiento global. “El sonido que escuchas es el tic-tac del reloj. Estamos en la cuenta regresiva final para limitar el aumento de la temperatura global a 1,5 grados Celsius. Y el tiempo no está de nuestro lado”, dijo Guterres.

El primer ministro del Reino Unido, Keir Starmer, anunció un nuevo objetivo para reducir la contaminación por carbono en al menos un 81% para 2035, en comparación con los niveles de 1990. Eso es un aumento del objetivo del 68% para 2030 y está entre los más ambiciosos del mundo. El Reino Unido está restaurando su papel “como líder climático en el escenario mundial”, así como “tomando medidas” en casa, dijo Starmer a los periodistas durante el anuncio.

Un cambio de rumbo en la política climática de EE.UU. podría ser desastroso para el planeta, ya que aumenta el riesgo de emulación. 

Eso por sí solo sienta las bases para el fracaso de las conversaciones: su objetivo principal es acordar la trasnferencia de  US$ 1 billón al año de países e instituciones ricas para ayudar a las naciones en desarrollo a construir sistemas de energía limpia y adaptarse al empeoramiento del clima extremo, como olas de calor, inundaciones, sequías, tormentas e incendios forestales.

Argentina

Javier Milei decidió retirar a la delegación de Argentina que estaba participando de la COP29. 

“La República Argentina rechaza la imposición de regulaciones y prohibiciones impulsadas precisamente por los países que se desarrollaron gracias a hacer lo mismo que hoy cuestionan”, indica el texto presentado, que también adelanta que el país objetará “cualquier intento de imposición de obligaciones que atenten” contra las necesidades nacionales de desarrollo económico.

La subsecretaria nacional de Ambiente, Ana Lamas, confirmó que “la delegación vuelve al país” y que, por el momento, la medida no implica que Argentina deje el Acuerdo de París —el convenio de Naciones Unidas para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero en pos de evitar el aumento de la temperatura global—.

“Es un papelón”, consideraron fuentes de la Cancillería, donde reinaba el desconcierto tras conocerse la decisión de Milei.

En declaraciones desde la capital azerbaiyana, el número dos del presidente Luis Inácio “Lula” da Silva tildó de “negacionista” de las cuestiones ambientales a la gestión libertaria.

La determinación que tomó Milei se produce apenas unas horas antes de verse con Trump, en una actividad de Acción Conservadora en Palm Beach. Y además, a unos pocos días de recibir en la Rosada al presidente francés Emmanuel Macron. El domingo se encontrarán y Macron es uno de los defensores más acérrimos de que se cumpla el Acuerdo de París firmado en 2016 en el que proponía disminuir progresivamente las emisiones de carbono en todo el planeta.

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