Coronavirus: ¿Qué se espera de la vacunación masiva?

Las vacunas están siendo distribuidas en todo el mundo y comenzando a administrarse a los grupos de riesgo. La esperanza de volver a la normalidad está toda puesta en la inmunidad que generarían las mismas.

Pero los científicos no están tan convencidos de ello. Existen pruebas preliminares de que las primeras vacunas autorizadas para su uso en emergencia son altamente efectivas. Las empresas de tecnología y salud están presentando propuestas para que la vacunación se convierta en un requisito para participar en diversas actividades públicas, pero, esa idea plantea una serie de preguntas sobre la salud de la comunidad, la equidad y de lo que sabemos realmente sobre la inmunidad contra la COVID-19.

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Aunque también surge la duda de si aquellos que ya tuvieron la enfermedad o los que recibieron la vacuna pueden (o no) contagiar a los demás.

En principio una persona que ya tuvo Covid-19 sabemos que puede volver a contagiarse.

“Está documentada la posibilidad de reinfección”, dice Wanda Cornistein, directora de la Maestría en Prevención y Control de Infecciones de la Universidad Austral, Argentina.

Según la especialista, se habla de un tiempo de tres meses entre la primera infección y la posibilidad de tener una reinfección, teniendo en cuenta la duración de los anticuerpos, aunque aclara que todavía “no se sabe a ciencia cierta”.

“También suele suceder que personas que fueron positivas pueden tener en la faringe algunas partes de virus que son detectadas por estudios como PCR, pero no significa que ese virus sea infectante”, completa Cornistein.

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Según Nita Farahany, profesora de Derecho y Filosofía en la Universidad de Duke (EE. UU.) refiere que: “Los datos que tenemos de los estudios de la Universidad de Oxford (Reino Unido) y AstraZeneca y de los de Moderna son realmente limitados. Sugieren una posible reducción en la transmisión, pero no una eliminación de la propagación. Una persona puede vacunarse y no sufrir una carga grave de enfermedad si se contagia; de hecho, es posible que sea completamente asintomática, pero, aun así, podría transmitir el virus a otras personas.”

La infectóloga Cristina Freuler, Jefa de Medicina Interna del Hospital Alemán – Argentina-, explica que todas las vacunas tienen un grupo de gente que no responde a la misma. Por eso se habla, por ejemplo, de un “90% de efectividad”.

“Eso quiere decir que hay un 10% de los vacunados en los que la vacuna no es efectiva. Esa gente puede contagiarse y contagiarlo. Por eso, se tiene que evitar que, solo porque uno está vacunado, se sienta totalmente protegido y no se cuide con respecto a los demás”, comenta Freuler.

Si la vuelta la normalidad se basa en el momento en el que se recibe la vacuna, eso podría reforzar aún más las desigualdades que ya han surgido. La confianza de las poblaciones minoritarias en la atención médica y en las instituciones sanitarias es muy baja en este momento. Condicionar su reincorporación a la sociedad en función de si reciban o no la vacuna es profundamente problemático cuando ya tienen esos niveles tan altos de desconfianza pública, comenta Farahany.

Necesitamos una directiva que diga que no se puede usar el estado de vacunación como base para discriminar a las personas en su participación en el empleo, en las escuelas, en las actividades de ocio, hasta nuevo aviso. Se podría actualizar ese aviso adicional en cuanto tengamos mejores datos, cuando [las vacunas] obtengan la aprobación regulatoria completa, cuando estén distribuidas y completamente disponibles, piensa Farahany.

¿Cuál es el objetivo de los planes de vacunación?

Los grandes planes de vacunación que conocemos, de países como Estados Unidos, Reino Unido, Canadá y Rusia, tienen como objetivo proteger a la población de mayor riesgo. Esto es: el personal de salud, los mayores de 65 años, y las personas con enfermedades crónicas como diabéticos y obesos.

“En esta primera etapa lo que urge es evitar la mayor cantidad de internaciones, que el personal médico no se enferme y que los servicios esenciales sigan en pie. La disponibilidad de vacunas en este momento es limitada, aún para los países desarrollados”, dice Alejandro Videla, vicepresidente de la Asociación Argentina de Medicina Respiratoria.

Además, según Cornistein, a medida que se va vacunando a la población general, la generación de anticuerpos genera inmunidad de rebaño, que tiene que llegar al 60% o más para que se bloquee la diseminación de la enfermedad.

“Por ende, el objetivo de la vacunación es las dos cosas: proteger a los más vulnerables y evitar la diseminación una vez que se logre llegar a la vacunación de la mayor parte de la población”, completa la jefa de Control de Infecciones del Hospital Universitario Austral.

Nos estamos acercando mucho al punto en el que todos conocen a alguien afectado y nos damos cuenta de que no se trata de cuánto dinero tenga una persona ni de su nivel de educación. El hecho de que este tipo de tragedia pueda ocurrirnos a nosotros mismos o a alguien a quien amamos, debería animarnos a todos a entender que estamos juntos en esto. La única forma de salir de esto es si salimos todos juntos, concluye Farahany.