Crece la importancia del Oficial del Cumplimiento en la prevención del lavado

Por Matías Nahon, Gerente General de Cyber Intelligence Group (CIG)

El Oficial de Cumplimiento (CO o Compliance Officer, por sus siglas en inglés) se convirtió hoy en día en una de las posiciones más buscadas dentro de las organizaciones. Sin embargo, es un rol que muchos no conocen.

El extravagante Ari Spyros, interpretado maravillosamente por Stephen Kunken en la serie “Billions”, es el personaje que a rajatabla intenta poner “normalidad y control” en las empresas que administra el insaciable Bobby Axelrod. Fuera de la ficción el Oficial de Cumplimiento es el encargado de liderar la prevención del lavado de activos en una empresa u organización.

En Argentina existe la Ley RPE, de Responsabilidad Penal Empresaria, que sanciona a las empresas por los delitos corporativos, por lo cual, la figura del CO asumió un rol fundamental y es clave para prevenir posibles sanciones.

Así, se convirtió en el puesto más buscado dentro de las empresas porque es el encargado de desarrollar un programa de integridad con mecanismos de prevención y control. Además, tiene un rol transversal que atraviesa todos los departamentos y actividades garantizando el acceso a la alta dirección y a todos los empleados de cualquier nivel.

A pesar de ello, en el último tiempo surgieron dudas sobre la responsabilidad penal del CO ya que la ley RPE guarda silencio, y sólo en materia de blanqueo de capitales y financiación del terrorismo encontramos responsabilidad y sanciones por incumplimiento. Así surgen preocupaciones adicionales si no cumple con sus obligaciones relacionadas con el Programa de Integridad, como sus responsabilidades de control.

En la Argentina no existe jurisprudencia específica sobre estos casos, y no existen delitos en el Código Penal que puedan afectar el incumplimiento por parte de una empresa de sus deberes de supervisión.

Un plan efectivo debe limitar las responsabilidades de los CO y aclarar sus roles y funciones. Aplicando una visión más holística, la responsabilidad del cumplimiento debe distribuirse de manera equilibrada entre varias personas dentro de la empresa, con un claro rol de liderazgo de la alta dirección. El papel de los líderes del programa de cumplimiento e integridad es cada vez más importante y se necesita que cada vez que más asuman su rol correspondiente en la organización.