Dinero ganado con $LIBRA, ¿es lavado de dinero?

(Argentina) Mientras se agrava la situación del presidente Javier Milei y su entorno por el escándalo con la criptomoneda $LIBRA, se conoció que en las últimas horas una de las billetaras asociadas al grupo que creó el token comenzó a mover dinero a otra wallet. Según trascendió, hubo una transferencia de US$ 4.500.000, lo que representa la primera actividad que se registra luego de que estallase el escándalo.
Luego, con parte de ese dinero, realizaron operaciones con otra memecoin para “blanquear” parte de esos fondos.
“Es la primera vez que vemos movimientos desde el 14 de febrero”, se refirió Molina al día en que $LIBRA fue creada, promocionada por Javier Milei, el día en que subió 4,5 veces su valor y después derrapó 80%. Lo de llamarlo “de la Argentina” es una ironía de Molina porque el creador de $LIBRA, la criptomoneda promocionada por Milei, el joven norteamericano Hayden Davis, declaró después del escándalo que se había quedado en su poder con US$100 millones, pero que le pertenecían al país, y no a él, y prometió que los entregaría. ¿Estará incumpliendo? Molina sospecha que sí.
“El movimiento que vimos hoy de una de las billeteras de $LIBRA posiblemente sea parte de una operación más grande para lavar dinero de los insiders”, dijo este ingeniero, en alusión a los que tenían información confidencial sobre la criptomoneda y fueron los primeros que la compraron, 22 segundos antes de la promoción de Milei.
“Parece que el equipo interno de $Libra y $Melania está lavando fondos”, apuntó la cuenta. “Gastaron 19,846 $Sol (US$2,76M) para comprar una memecoin (Pope) con una capitalización de mercado de menos de US$150K y la vendieron por 175 $Sol (US$24K), perdiendo US$2,73M. ¡Esos US$2,73M fueron efectivamente canalizados a otras billeteras de manera “legal”!”.
Molina detalló la maniobra a La Nación: “En primer lugar, la billetera con dinero sucio compra una memecoin cualquiera de poco movimiento (no tiene ni que haber sido lanzada por ellos). Paralelamente, otra billetera de ellos no vinculada con las anteriores compra previamente esta misma memecoin. Después, esta billetera que compró previamente el token los vende y se lleva el dinero del pool de liquidez que insertó la primera billetera cuando compró”.
En otras palabras, se pasa el dinero desde la “billetera sucia”, con vínculos al proyecto del escándalo, a una “limpia”, a través de una transacción con una memecoin -en este caso POPE-. “Es una práctica común para lavar dinero [en este sector]”, dijo Molina. “Si hubiesen sido más prolijos, lo podrían haber hecho desde varias billeteras con montos más bajos”.
“Los muchachos de $Libra y $Melania hicieron magia negra con la guita: agarraron 2,76M en $Sol, compraron una memecoin irrelevante con market cap de 150K y la vendieron por apenas 24K. ¿Resultado? Una ‘pérdida’ de 2,73M que en realidad terminó en otras wallets limpitas”, explicó por su parte el especialista Santiago Siri. Y sumó: “Es un clásico del lavado cripto: inflan el volumen, hacen que parezca una operación legítima y mueven la guita sin que salte la ficha tan fácil. Si ves a insiders haciendo trades absurdos como este no están perdiendo plata… la están escondiendo”.
En el Congreso, Molina dijo este martes en teleconferencia desde EE UU que el el 85% de los token (activos) de $LIBRA estaba en manos de diez wallets (billeteras) y empezaron a comprar la criptmoneda desde por 1 centavo de dólar hasta por un dólar. Después Molina contó que 74 billeteras adquirieron el criptoactivo 22 segundos antes de que Milei lo promocionara por las redes el pasado viernes 14 a las 19.01. Negó la comparación de Milei de este negocio con apostar en un casino: “No es un casino sino una partido de póker o truco… el problema es que jugás contra gente que sabe las cartas que van a salir”. “Se crearon 1.000 millones de unidades de $LIBRA, el 50% quedaron en una especie de bóveda hasta 2027. Sólo circuló el 50%. Hay algo raro detrás de este token”, alertó el ingeniero.
A diferencia de operaciones bancarias, las de criptomonedas son todas públicas dentro de su blockchain (cadena de bloques) y se pueden conocer todas las transacciones, pero el problema es que las billeteras que operan tienen nombres de fantasía, nadie deja expuesto su nombre y apellido para identificarlo. Es parte de la gracia de estos activos libres de control estatal, veneradas por los libertarios y usados por evasores fiscales de mayor o menor monta, mafiosos, narcos y terroristas.
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