El CVU cumplió tres años: cuánto se usa hoy en la Argentina

En mayo de 2018 el BCRA instrumentó la creación de la Clave Virtual Uniforme (CVU), el equivalente al tradicional CBU, con apenas una letra de diferencia, lo que obliga a ser siempre muy enfático en la pronunciación cuando se pide uno u otro en forma verbal.

El CVU permite a los usuarios, estén o no bancarizados, enviar y recibir dinero entre distintas aplicaciones de pago del mundo fintech y bancarias. El CBU, en tanto, es la Clave Bancaria Uniforme, son 22 dígitos que contienen datos sobre qué banco, qué tipo de cuenta y qué número tiene cada cliente, 22 dígitos que se pueden cambiar por un Alias para simplificar la tarea de cargar los números

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Con esta implementación, Argentina saltó a escena como el primer país del mundo con interoperabilidad entre una cuenta bancaria y una no bancaria. Es decir, las billeteras virtuales pueden desde ese momento entregar un alias a sus clientes para que envíen o reciban efectivo hacia o desde cualquier entidad financiera.

En otras palabras, toda persona que se encuentre asociada a un servicio Proveedores de Servicios de Pagos (PSP) -tales como billeteras virtuales- puede recibir o realizar pagos a otros usuarios que tengan una cuenta bancaria u otra aplicación. Solo basta con compartir el CVU a la persona interesada”, aclara Francisco Chaves del Valle, gerente de Relaciones Institucionales de BKR, la fintech especializada en inclusión financiera.

En su informe de inclusión financiera del segundo semestre de 2020, el Banco Central subraya como “notable” el desempeño de la tenencia de cuentas CVU ofrecidas por los proveedores de servicios de pago (PSP) (“cuentas no bancarias”), con cifras que pasaron “del 3% de la población adulta en marzo de 2019 al 24% en diciembre de 2020 (más de 8 millones de personas)”.

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El Central le atribuye a la pandemia un papel preponderante en el crecimiento del CVU. Dice la autoridad monetaria: “Si bien su crecimiento se ha distribuido a lo largo de todos los trimestres, el efecto de la crisis sanitaria provocó, al igual que con las cuentas bancarias, un salto significativo en su tasa de variación durante el primer y segundo trimestre de 2020 (51% y 55%, 1,2 y 2 millones de nuevos tenedores, respectivamente)”.

 “Los datos que maneja el Central indican que la mayoría de esas cuentas fueron abiertas para canalizar las ayudas oficiales a las personas afectadas por las restricciones (IFE, ampliación de la AUH, etcétera) con el fin de mitigar los efectos de la pandemia y la necesidad de utilizar servicios financieros durante el distanciamiento social”, señala Chaves del Valle.

Además explica que, en el caso de BKR App, “el CVU se genera de manera gratuita, sin costos de mantenimiento”. Sólo se necesita contar con un celular e instalar la aplicación para acceder a la herramienta. De esta manera, el usuario puede realizar operaciones financieras sin poseer una cuenta bancaria y pasarle su CVU a quien quiera. “El 80% del dinero que ingresa en nuestra billetera proviene de transferencias desde CBU y CVU. El 20% restante, ingresa el dinero desde Rapipago”, completa.

El crecimiento del CVU viene claramente de la mano de las billeteras virtuales, que son una solución financiera que permite a los usuarios realizar una variedad de operaciones distintas desde sus dispositivos sin la necesidad de estar bancarizados. Existen diversos sistemas que ofrecen este servicio en el país y ya hay más de 8 millones de argentinos que lo eligen, según el último sondeo de la Cámara Argentina de Fintech.

“Estas plataformas –amplía Chaves del Valle- permiten la inclusión de más individuos al mercado financiero, entre otras cosas porque simplifican la cotidianeidad de la gente con soluciones fáciles, rápidas, seguras y accesibles para todos”.

La cantidad de personas que en los próximos años van a acceder a distintas formas de crédito, de inversión y de pagos digitales, será sorprendente. Estamos en un momento histórico de las finanzas personales a nivel mundial”, concluye.