Empoderar al ciudadano, es clave para las “Ciudades del Futuro”

Expertos y autoridades de 24 países coincidieron en la necesidad de poner al ciudadano en el centro de la agenda urbana para vencer la triple informalidad (laboral, vivienda y transporte) que impide cerrar la brecha de la desigualdad y promover un desarrollo sostenible en América Latina. Esta fue una de las conclusiones de la Conferencia CAF: Ciudades con Futuro, que se realizó en Lima, Perú.

Las ciudades se han convertido en un escenario esencial para abordar y revertir los problemas de exclusión, inequidad y pobreza. Con políticas adecuadas, las ciudades se convierten en espacios apropiados para mejorar el bienestar de los ciudadanos mediante el intercambio de ideas, la recreación, el consumo de bienes materiales e inmateriales. Sin embargo, el crecimiento desordenado, la falta de planificación y las políticas de largo plazo son algunos de los factores por los que la densificación de las ciudades no se ha reflejado en mayor productividad y bienestar para la población en América Latina.

Poner al ciudadano en el centro de la agenda de diseño e implementación de políticas públicas es el consenso al que llegaron los 55 panelistas de 16 países que participaron en la Conferencia CAF: Ciudades con Futuro, que concluyó en Lima. Expertos, autoridades nacionales y locales, señalaron que se requiere una mayor democratización para construir ciudades más inclusivas, productivas y resilientes.

“Las ciudades deben reservar espacios para responder a la demanda de vivienda, pero una que los ciudadanos puedan pagar. Uno de los mayores retos es cómo proporcionar vivienda más allá de las capacidades del libre mercado. Esto es lo que nos permitirá democratizar la tierra y reducir los asentamientos informales”, explicó PK Das, arquitecto y activista, ganador del Jane Jacob Award 2016.

Tender puentes entre urbanistas y especialistas en desarrollo, en beneficio de ciudades más equitativas, es una de las lecciones de Hábitat III, señaló Joan Clos, director ejecutivo, ONU-Hábitat, al resaltar la necesidad de construir consensos entre el sector público y privado, la academia y una mayor participación ciudadana en el diseño de políticas de largo plazo.

“El papel económico de la ciudad aumenta en la medida en que vamos diversificando económicamente y somos menos dependiente de los commodities. Las ciudades son el campo donde florecen los servicios, por eso hay que invertir en mayor educación y accesibilidad porque eso atraerá mayor inversión privada y promueve la productividad y la innovación”, agregó.

Por su parte, Pablo Sanguinetti, director corporativo de Análisis Económico y Conocimiento para el Desarrollo de CAF, añadió que “el objetivo de las políticas urbanas debería ser minimizar los costos de la urbanización (contaminación, congestión, expansión desordenada, asentamientos precarios, altos costos de vivienda, desempleo) y maximizar sus beneficios (innovación creciente, mayor productividad y mayores salarios), para lo cual se requiere un trabajo articulado entre las diversas autoridades nacionales y locales que intervienen en las áreas metropolitanas”.

Una vez planteados los diagnósticos y las propuestas generales en las demás sesiones de la Conferencia CAF: Ciudades con Futuro se presentaron iniciativas que pueden mejorar el bienestar de la población en temas claves como el transporte, la tecnología, el financiamiento y la gobernanza.

Guillermo Dietrich, ministro de Transporte de Argentina, afirmó que reducir el espacio de los automóviles y ampliar el espacio peatonal es fundamental para mejorar la calidad de vida de los ciudadanos, por lo que no hay que tener miedo de vencer los obstáculos en materia de movilidad. “Cuando algo está bien hecho no importa que haya oposición. El consenso total no va a existir nunca. Los primeros que se oponen son los círculos ‘poderosos’ (políticos, influenciadores, etc.) que tienen auto, sencillamente porque no quieren perder su privilegio. Hay que vencer la resistencia al cambio”, agregó.

En este panel hubo un consenso en que la inversión se debe priorizar en el transporte público para convertirlo en una opción atractiva para el ciudadano. “Las personas deben tener alternativas de estudio, de trabajo, de ocio cerca de donde viven. En nuestras ciudades esto no se planificó así y por eso la movilidad es complicada. Muchas personas quieren hacer muchos viajes, al mismo tiempo, a los mismos sitios, así que debemos buscar alternativas que privilegien el bien común del particular”, aseguró Juan Carlos Muñoz, Director del Centro de Desarrollo Urbano, Universidad Católica de Chile.

En el caso de la tecnología, el común denominador fue que el sector debe verse como un componente transversal más que como una herramienta para promover la inclusión, la productividad y el desarrollo de las ciudades. Los panelistas coincidieron en que en la mayoría de ciudades de América Latina aún persiste una brecha de acceso a los beneficios derivados de una mayor conectividad a internet de banda ancha, así como a una mayor oferta de bienes y servicios digitales.

Julián Suárez, vicepresidente encargado de Infraestructura de CAF, afirmó en el panel que “solo uno de cada dos hogares tiene acceso a internet en América Latina y el Caribe, región que se encuentra en un estadio intermedio de desarrollo de su ecosistema digital (índice 45 sobre 100, comparado con 65 para la OCDE), lo que implica una persistente brecha digital en hogares y regiones que se traduce en una brecha social”.

Finalmente, en el panel sobre cómo gestionar la agenda urbana se hizo un mayor énfasis en la relevancia de las políticas de largo plazo. “Hace falta un proyecto de sociedad a largo plazo: Hay un factor cultural que requiere la participación de más voces para implementar la agenda urbana. Es necesaria una mayor participación de jóvenes y mujeres en la implementación de una agenda urbana para ciudades sostenibles”, explicó Rebeca Grynspan, secretaria general de SEGIB.