Escasez de chips: una oportunidad para las tarjetas virtuales

Una de las consecuencias de la pandemia fue el retraso en múltiples cadenas de producción global, entre ellas las de chips o semiconductores, imprescindibles para activar casi cualquier aparato electrónico, desde un teléfono inteligente hasta un automóvil.

Debido al incremento del consumo de este tipo de dispositivos, gracias al aumento del teletrabajo, el entretenimiento virtual y la transformación digital, la demanda de estos componentes aumenta sin cesar, mientras la complejidad de su producción juega en contra de su disponibilidad.

Esto es una grave problemática para el mundo financiero, pues se necesita de un chip EMV para emitir tarjetas de crédito o débito. Según un estudio de ABI Research, más de 700 millones de estos productos no podrán repartirse a los usuarios durante 2022.

Considerando que en la actualidad el pago con plásticos es indispensable, ¿cuál es la alternativa ante una posible escasez de ellos?

La respuesta es simple: tarjetas digitales. En un contexto de creciente digitalización del sector financiero, la crisis se convierte en una oportunidad para continuar transformando la banca y los métodos de pago. Para ello, la emisión de productos virtuales a través de la tokenización juega un papel estelar.

Un token de pago es un código aleatorio único generado en tiempo real, que suple los datos de una tarjeta financiera o PAN (Personal Account Number). Este aprovisionamiento virtual lo realizan las compañías que proveen pasarelas de pagos digitales, con el fin de completar una transacción sin necesidad de elementos físicos.

Además, su uso brinda más seguridad al cliente sobre sus datos bancarios, ya que estos nunca son expuestos, pues no son necesarios.

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Tokenización NFC para billeteras digitales

Las tecnologías contactless asociadas a las tarjetas virtuales hacen incluso más sencillo realizar operaciones financieras a través de billeteras electrónicas móviles.

Cabe destacar que una wallet puede tener diferentes tokens asociados, ya que son únicos por transacción y dispositivo, lo que hace que su uso sea ilimitado y más seguro.

Las entidades financieras se ven exponencialmente beneficiadas por la tokenización, tanto en sus tarjetas como en sus billeteras digitales.

En primera instancia, no solo refuerza la seguridad en pro del cliente, al no exponer sus datos bancarios y evitar que estos sirvan para fines fraudulentos. A la par, los comercios tienen mayores garantías de compra pues existiría un menor número de transacciones rechazadas por posible fraude.

También mejora ampliamente la experiencia de usuario (UX), al ser un proceso de pago relativamente rápido y sin tantos pasos de verificación por cada compra, aumentando la satisfacción del cliente y su fidelización.

Además, el uso del token es gratuito y sin costo de manejo.

Ahora que las ventas por e-commerce se encuentran en aumento global y las aplicaciones de entretenimiento digitales como Netflix o Amazon requieren métodos de pagos digitales para mantener suscripciones activas, es importante ofrecerles opciones a los clientes.

No se prevé que la escasez en la producción de chips se solucione en los próximos meses, por lo que es necesario encontrar una solución viable para que el sector financiero no se vea afectado.

La tokenización de tarjetas parece ser la opción más viable para hacer frente a este panorama, al mismo tiempo que permite seguir impulsando la digitalización de los métodos de pagos.