Esta turbina oceánica acabaría con los problemas energéticos

Japón ha apostado por la energía oceánica con Kairyu (significa: flujos de marea en el océano), una gigantesca turbina submarina que podía generar 60% de la energía de ese país.

El proyecto es pionero en la utilización de las corrientes marinas para generar energía y sus diseñadores aseguran que se trata de una de las fuentes naturales actualmente en uso más poderosas y menos utilizadas, por lo que prevén que pueda convertirse en parte del “futuro de la energía”.

IHI Corporation, que lleva una década afilando su tecnología, ha construido una enorme turbina de 330 toneladas.

Este sistema de generación de energía submarina cuenta con un fuselaje de 20 metros de largo flanqueado por un par de cilindros de tamaño similar, cada uno de los cuales alberga un sistema de generación de energía conectado a una pala de turbina de 11 metros de largo.

Japanska turbina energiju crpi iz morskih struja - Energetika @ Bug.hr

Cuando está atado al fondo del océano por una línea de anclaje y cables de alimentación, el dispositivo puede orientarse para encontrar la posición más eficiente para generar energía a partir del empuje de una corriente de aguas profundas y canalizarla hacia una red.

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La corriente de Kuroshio es una fuerte corriente oceánica de frontera occidental que cruza con el océano Pacífico, razón por la que algunos ingenieros buscan aprovechar esto y brindar suministro ilimitado con Kairyu, -como el nombre del Dragón Pokémon-.

La compañía IHI, se asoció con la Organización para el Desarrollo de Nuevas Energías y Tecnologías Industriales (NEDO) en 2017, con el propósito de poner a prueba sus diseños.

La compañía detrás del proyecto estima que, si se pudiera aprovechar la energía presente en la corriente en desarrollos posteriores de Kairyu, sería posible generar alrededor de 200 gigavatios de electricidad.

En febrero, la empresa de ingeniería con sede en Tokio completó con éxito una prueba de tres años y medio de duración de Kairyu en las aguas del suroeste de Japón.

Expertos en el tema entrevistados por Bloomberg indicaron que Japón no cuenta con la experiencia en la construcción en alta mar, lo que deja dudas también sobre la factibilidad del proyecto, que requiere trabajos en el lecho marino.

Al encontrarse lejos de la costa y en condiciones muchas veces hostiles por las corrientes también existen temores de que su instalación, funcionamiento y mantenimiento conlleve costos demasiado altos que puedan, a su vez, reflejarse en los precios de la energía que vende a los usuarios.