FMI: “Lo peor está todavía por venir”

Más de un tercio de las economías mundiales se contraerán en el 2023 y las tres grandes -EE.UU., China y la Unión Europea- continuarán estancándose. “Lo peor está todavía por venir y muchas personas se sentirán en recesión el próximo año”, alerta el Fondo Monetario Internacional (FMI) en la revisión de octubre de sus perspectivas globales.

La previsión general en las economías más avanzadas del mundo parte de un crecimiento languideciente en 2022 que se estanca un año después debido al parón económico provocado por la crisis energética y la escalada de los precios.

Habrá que estar muy atentos a Pekín, cuyo frenazo por la política de covid cero y el pinchazo inmobiliario puede arrastrar al resto del planeta, contagiando a través de las cadenas de suministro y el comercio, se añade.

El pronóstico de crecimiento global del FMI permanece sin cambios para el 2022, en el 3,2%, respecto a la previsión del pasado julio, cuando ya se aplicó una reducción de cuatro décimas para este año. Y apunta una rebaja al 2,7% para el 2023, dos décimas menos que en julio, cuando ya recortó nueve décimas. La previsión señala un 25% de posibilidades de que pueda caer por debajo del 2%. Qué lejos queda aquel 6,1% de incremento de la economía mundial del 2021.

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“La salud de la economía global se enclava críticamente en el éxito de calibrar la política monetaria, el desarrollo de la guerra en Ucrania y la posibilidad de otras perturbaciones de la cadena de suministros vinculadas a la pandemia”, se advierte.

Según el FMI, la crisis energética, especialmente en Europa, no es un golpe transitorio. El realineamiento geopolítico de los suministros energéticos a raíz de la guerra de Rusia contra Ucrania es “de calado y permanente”. El invierno del 2022 será un reto para Europa, pero “el del 2023 posiblemente será más malo”. La entidad aconseja que “las autoridades fiscales de la región deben planificar y coordinarse en consecuencia”.

Este es un periodo volátil. La inflación se calcula ahora en el 8,8% en el 2022, pero decae al 6,5% en el 2023. “Esperamos que la inflación toque techo a finales del 2022, pero se mantendrá elevada por un periodo de tiempo más largo de lo previsto inicialmente, descendiendo al 4,1% en el 2024”, señala.

Reconoce el FMI, que controlar la inflación tendrá un coste: “el desempleo aumentará y los salarios disminuirán a medida que la política monetaria se endurezca”. Por ello, todas las medidas desplegadas deben ser precisas y estar muy vinculadas a la realidad económica y laboral de cada país.