Francia subasta las primeras frecuencias para el despliegue de la 5G

Francia abrió este martes con más de cinco meses de retraso la subasta de las licencias de telefonía de tecnología 5G con los cuatro operadores históricos como candidatos, que deberán desembolsar en conjunto como mínimo 2.170 millones de euros.

Los operadores Orange, SFR, Bouygues Telecom y Free están licitando 11 bloques de frecuencias que actualmente no están en uso, con el objetivo de ofrecer servicios 5G en algunas ciudades francesas para finales de año.

Un operador no podrá adquirir más de 100 MHz “para dar a todos una oportunidad justa”, explicó Arcep, el regulador de telecomunicaciones francés que supervisa las subastas.

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La quinta generación sucesora de la tecnología 4G promete transferencias de datos radicalmente más rápidas, lo que anuncia cambios importantes en una serie de productos y servicios que van desde los automóviles hasta la cirugía a distancia.

Francia iba a lanzar la subasta de las frecuencias en abril, pero tuvo que aplazarla debido a la crisis de covid-19.

En una primera fase, los cuatro operadores ya obtuvieron cada uno un bloque de frecuencias de 50 megahercios a cambio de una serie de compromisos por un precio de 350 millones de euros para cada uno.

Ahora se lanza la segunda con una subasta que les permitirá conseguir licencias suplementarias, en concreto 11 bloques de 10 megahercios en la “banda de 3,5 GHz”.

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El regulador ha fijado una trayectoria para ese despliegue de las antenas de 5G, de forma que se tendrá que llegar a 3.000 en 2022, 8.000 en 2024 y 10.500 en 2025.

Además, un 25 % de esos equipamientos habrán de estar ubicados en zonas rurales en el horizonte de 2024.

En declaraciones publicadas este martes por “Le Figaro”, el secretario de Estado añadió que los alcaldes también podrán pedir más medidas sobre la exposición a las ondas radioeléctricas de esta nueva tecnología.

Francia se está quedando atrás con respecto a otros países que ya han atribuido sus frecuencias 5G, incluyendo China, Corea del Sur, Estados Unidos, Alemania, Gran Bretaña, Italia y España.

Activistas y legisladores de izquierda y ecologistas han tratado de detener el despliegue de la 5G debido a preocupaciones sanitarias y ambientales, pero el gobierno del presidente Emmanuel Macron ha seguido adelante a pesar de ello.

Macron, deseoso de presentar a Francia como una nación emergente que adopta tecnologías de vanguardia, ironizó hace unas semanas sobre los que preferían “el modelo Amish”, en referencia a la comunidad protestante de Estados Unidos que rechaza las tecnologías modernas, y el “regreso a la lámpara de aceite”.

“Francia va a tomar el camino de la 5G porque es el camino de la innovación”, insistió el mandatario francés.

El gobierno espera ganar al menos 2.200 millones de euros (2.600 millones de dólares) con la subasta, una suma más que bienvenida en un momento en el que está poniendo todos sus recursos en la lucha para limitar el impacto económico del coronavirus.

La Unión Europea instó este mes a los países del bloque a acelerar el despliegue de la tecnología 5G, a pesar de las dudas expresadas recientemente por funcionarios y ciudadanos, particularmente en Francia.

“No debemos retrasarnos”, advirtió el comisario de Mercado Interior de la UE, el francés Thierry Breton, quien recordó que la UE no debe quedar retrasada en este campo ante el avance arrollador de competidores asiáticos y estadounidenses.

Las redes 5G son promocionadas como una promesa de salto exponencial en la cantidad y velocidad de los datos inalámbricos, lo que permitirá avances en vehículos autónomos, realidad virtual, salud conectada, entre otros.