La creación de un mercado digital en América Latina permitiría competir

La configuración de un mercado digital latinoamericano -con más de 500 millones de potenciales consumidores- permitiría aumentar la conectividad de las personas y las empresas, facilitaría el intercambio de bienes y servicios en línea y contribuiría al desarrollo con igualdad y sostenibilidad ambiental, según el estudio “Hacia la estrategia para el Mercado Único Digital de América Latina”, elaborado por CAF.

La publicación también reconoce que, a pesar de los beneficios económicos y sociales, el debate sobre el mercado digital regional recién comienza y que todavía queda mucho camino por recorrer para articular conjuntamente los desafíos políticos y regulatorios que permitirían explotar todo su potencial.

En este sentido, las trabas para la creación de un mercado digital regional tienen que ver con la falta de coordinación en materia de estándares y regulación y con carencias en infraestructura y transporte de mercancías.

“Para lograr un mercado digital regional es necesario que se realicen esfuerzos de implementación efectivos entre todos los países de la región, incluso por medio de adecuadas metodologías de consenso y mecanismos de gobernanza. Además, será imprescindible mejorar las infraestructuras digitales, crear un clima emprendedor de servicios y de aplicaciones digitales y que empresas e individuos adopten las nuevas tecnologías”, explica Mauricio Agudelo, experto en TIC de CAF y coordinador de la publicación.

Según el informe, el Mercado Único Digital posibilitaría el libre movimiento de bienes, servicios digitales y capital vinculado a la industria digital, ofrecería servicios fácilmente accesibles con normativas compatibles entre países, establecería un esquema intrarregional de libre competencia -sin restricciones o barreras arbitrarias- y garantizaría la protección del consumidor y de los datos personales, independientemente de su nacionalidad o lugar de residencia.

Entre los principales retos que se presentan para que el mercado digital latinoamericano sea una realidad se encuentra unificar unos marcos regulatorios que hasta la fecha se han desarrollado de manera independiente y en función de las necesidades nacionales. Además, los problemas relacionados con la infraestructura digital, las limitaciones de empresas e individuos para participar en las transacciones en línea o las restricciones al acceso individual a Internet también traban el aprovechamiento de sinergias transfronterizas.

Más allá de algunos acuerdos aduaneros celebrados por entidades subregionales en materia de aranceles, la mayoría de las iniciativas actuales en favor de un mercado digital regional apuntan a recolectar, analizar y compartir información, redactar guías, o debatir desafíos actuales e intercambiar experiencias de países a nivel regional. La fragmentación a nivel regional a menudo se combina con una superposición de esfuerzos en toda la región.

Mercado digital en la Unión Europea y Agenda Digital para América Latina

El informe también analiza la situación de la integración digital en la Unión Europea (UE) con el fin de establecer paralelismos y puentes de aprendizaje. Ambas regiones cuentan con un mercado aproximado de 500 millones de habitantes, pero mientras en la UE el ‘mercado único’ ya tiene décadas de integración económica, social y política asentada en tratados, en América Latina el terreno está todavía por explorar.

La UE ha apostado por la creación de un mercado único digital libre y seguro con el objetivo de eliminar barreras nacionales a las transacciones efectuadas en línea, mejorar el acceso a la información, conseguir mejoras de eficiencia al rebajar los costes de transacciones e introducir mejorados modelos empresariales y administrativos que ampliarán la economía digital de la UE. De acuerdo a la Comisión Europea, un mercado digital podría suponer hasta 415.000 millones de euros cada año a la economía de la UE.

En el caso de América Latina, sus países establecieron un mecanismo de diálogo conocido como la Agenda Digital para América Latina y el Caribe (eLAC2018). Esta agenda incorpora los desafíos emergentes de la revolución digital y estudia la factibilidad un mercado digital en la región. Además, analiza el impacto de los desarrollos digitales sobre la política pública, y se ha convertido en herramienta para impulsar el acceso y la infraestructura, la economía digital, el gobierno electrónico, la gobernanza de Internet, la inclusión social y el desarrollo sostenible.

eLAC2018 se estructura en torno a 23 objetivos, interdependientes y complementarios, cuyos resultados se afectan mutuamente y que se ordenan en un mapa de referencia en cinco pilares de acción: i) acceso e infraestructura; ii) economía digital, innovación y competitividad; iii) gobierno electrónico y ciudadanía; iv) desarrollo sostenible e inclusión, y v) gobernanza.