La crisis climática requiere de acciones dramáticas. ¿Está la COP28 a la altura de gestionarlas?
Las llamadas Conferencia de las Partes (COP), son conferencias climáticas organizadas por las Naciones Unidas que se celebran anualmente en diferentes ciudades del planeta, con el objetivo de evitar interferencias humanas “peligrosas” en el sistema climático.
La primera Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMNUCC) tuvo lugar en 1994, las COP son una extensión de esa primera convención. Hoy en día son 198 los países que participan en ella, además de líderes de la industria, jóvenes activistas, representantes de comunidades indígenas, periodistas y otras partes interesadas que suman unos 60.000 asistentes a la COP 28.
Del 30 de noviembre al 12 de diciembre próximo, se llevará a cabo en Dubai (Emiratos Árabes Unidos) la cumbre climática más importante del año, la Conferencia de Partes (COP) de las Naciones Unidas para el Cambio Climático.
Cuando en 2015 la humanidad adoptó el Acuerdo de París sobre el cambio climático en la COP21, las conferencias posteriores han puesto el foco sobre el objetivo clave allí establecido: detener el aumento de la temperatura media global muy por debajo de los 2 °C y hacer los máximos esfuerzos para limitar ese aumento a 1.5 °C por encima de los niveles pre-industriales (considerando las temperaturas medias globales entre 1850 y 1900).
Nada de todo esto se está cumpliendo y lo vemos día a día en cada ciudad del mundo.
La directora del Departamento de Salud Pública y del Ambiente en la Organización Mundial de la Salud, María Neira, explicó:“Tenemos fenómenos climáticos más extremos, tenemos desplazamientos masivos, tenemos aire muy tóxico, contaminado. Tenemos escasez de agua, escasez de alimentos, enfermedades transmitidas por insectos, enfermedades no transmisibles, problemas de salud mental. Todo está en riesgo debido al cambio climático. Por lo tanto, la salud puede ser una motivación importante para tomar más medidas contra el cambio climático”.
La ciencia es clara: todavía es posible limitar el aumento de la temperatura a 1,5°C y evitar lo peor del cambio climático, “pero sólo con una acción climática drástica e inmediata”, que incluyen:
- – Reducción del 45 % en las emisiones de gases de efecto invernadero para 2030 en comparación con los niveles de 2010
- – Lograr cero emisiones netas globales para 2050
- – Una “transición justa y equitativa” de los combustibles fósiles (petróleo y gas) a fuentes de energía renovables
- – Mayores inversiones en adaptación y resiliencia a la alteración climática
- – Cumplir los compromisos financieros en apoyo a los países en desarrollo
- – Asegurar 100 mil millones de dólares anuales en financiamiento climático
- – Poner en funcionamiento el fondo para pérdidas y daños, acordado en la COP27, para lograr justicia climática.
¿Estará la COP28 a la altura de gestionar todos estos cambios? ¿O el poder económico seguirá reinando y marcando el camino hacia la destrucción de la Tierra?
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