La crisis lleva a la Fed a enfocar su objetivo en el empleo

La Reserva Federal de Estados Unidos (Fed) puso sobre la mesa una nueva estrategia en el marco, esta vez virtual, de la tradicional reunión de banqueros centrales en Jackson Hole. Acuciado por la crisis derivada de la pandemia, Jerome Powell ha anunciado nuevas medidas para combatir el desplome económico y ha lanzado un compromiso renovado del organismo con la creación de empleo como objetivo supremo, en una disposición que si no proviniese del templo del liberalismo alguno podría calificar de social. Los riegos sobre el empleo se han incrementado de tal manera sobre la población de Estados Unidos que la reacción de la Fed y su nueva estrategia avanzan otro largo periodo de tipos de interés bajos.

El banco central estadounidense ha optado con este nuevo enfoque por la flexibilidad con respecto al objetivo de inflación, que se situará en un nivel medio del 2% a largo plazo pero admitirá periodos en los que se supere ese tope “durante algún tiempo”, en un intento de asegurar el crecimiento y que el empleo no se aleje de sus niveles máximos.

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Eso también significa que las tasas de los créditos para los hogares y las empresas, desde las hipotecas hasta los préstamos para la compra de automóviles y de insumos productivos, permanecerán muy bajas por los próximos años.

“Después de períodos en los que la inflación ha estado persistentemente por debajo del 2%, la política monetaria probablemente apuntará a lograr una inflación moderadamente superior al 2% durante algún tiempo”, sostuvo Powell.

El titular de la Fed dejó en claro que el cambio de política refleja una realidad que ya lleva muchos años: la alta inflación, que en su día fue la mayor amenaza para la economía, ya no parece representar un peligro grave, incluso cuando el desempleo baja y la economía crece con fuerza. Powell explicó que la economía ha evolucionado de manera tal que le permite a la Reserva Federal mantener la tasa de interés mucho más baja de lo que lo haría en otro contexto, sin encender la presión sobre los precios.

“La economía siempre está evolucionando”, dijo Powell. “Nuestra declaración revisada refleja nuestra apreciación de los beneficios de un mercado laboral fuerte, particularmente para muchos en las comunidades de ingresos bajos y moderados, y de que un mercado laboral robusto puede sostenerse sin causar un aumento no deseado de la inflación”.

En la semana del 16 al 22 de agosto, poco más de un millón de personas se inscribieron en el seguro de paro, 98.000 menos que la semana previa. Los analistas esperaban en torno a un millón de nuevas solicitudes. Tras caer a principios de agosto por debajo de la barrera simbólica del millón por primera vez desde marzo, los pedidos de subsidios por desempleo habían estado por encima de esa cifra a mediados de mes.

Por otro lado, el Gobierno revisó la contracción del Producto Interno Bruto (PIB) del segundo trimestre, que ubicó en 31,7% (variación anualizada) contra 32,9% en su primera estimación, informó este jueves el Departamento de Comercio.

Esta histórica caída del PIB, que se suma al -5% registrado en el primer trimestre, hundió a Estados Unidos en una recesión como consecuencia de la pandemia de coronavirus, que obligó a tomar drásticas medidas de confinamiento. Estados Unidos estima el crecimiento con la variación anualizada, que compara el PIB con el trimestre anterior y proyecta la evolución a todo el año, por lo que se diferencia de la tasa interanual, que compara el guarismo con el mismo trimestre del año anterior.

Lo que el banco central de EE UU ve como un “objetivo nacional”, es decir, la solidez en el empleo, tiene que ser el libro de cabecera de la política monetaria a nivel global, pero también del empeño político de los Gobiernos. El nuevo mensaje de la nueva normalidad es que un mercado laboral robusto es compatible con un aumento moderado y temporal de la siempre indeseable inflación.