La ética del rastreo vehicular: Balance entre seguridad y privacidad en tiempos posmodernos
La ingeniería de datos, la explotación, venta y utilización de los mismos, ha creado un nuevo debate o conflicto que afecta a todo el mundo. El grado exhaustivo de esa discusión ha llegado hasta los niveles más altos de gobiernos naciones, justicias internacionales y organismos independientes. Hasta en la ONU se ha llamado a dialogar esta temática tan disruptiva. Es que la data es una nueva minería, donde todas las industrias buscan explotar al máximo.
El verdadero debate tras el tráfico de datos.
La pregunta sería, ¿por qué los datos resultan como un mercado tan rentable, inclusive en el seguimiento gps? La respuesta es simple y complicada al mismo tiempo. En la actualidad, todas las industrias comerciales requieren del marketing para poder asentarse como una opción. Es tanta la competencia generada por la globalización de la información, que resulta fundamental diferenciarse de los demás. Por otro lado, es cierto que la mayoría de las personas formatean su vida en torno a plataformas, aplicaciones y redes sociales que suelen ser gratuitas. Lo cual deriva en otra pregunta clave, ¿cómo ganan las apps que son gratis?
Y acá la respuesta es más fácil todavía. Porque en realidad no lo son. Todas las redes se rentan gracias al tráfico de datos. Es por eso que se ha generado tanta controversia sobre el tema. Porque los que verdaderamente conocen la situación, confirman que este mercado se mueve en una zona grisácea entre lo legal e ilegal. Justamente es el causante de por el cual todos los países tienen distintas legislaciones sobre el manejo y la venta de datos. No hay una ley común. Algunas regiones son más restrictivas y otras más permisivas. Es más, en el mismo Estados Unidos, depende de cada Estado en particular.
Desde el polémico caso de Cambridge Analytica, los documentos de Wiki Leaks de Julian Assange y otros eventos con resonancia en los medios, ha pasado a ocupar un lugar primordial en las agendas gubernamentales. Pero ojo, no es necesario asustarse ni mucho menos. Los datos son moneda de cambio, justamente porque sirven y mucho. Y esto no tiene que ver con un debate ético o moral, como en el caso de los datos personales en las redes sociales. Estamos yendo al punto tangible de la información en sí.
La aplicación de la tecnología de datos en la industria automotriz
En este caso, vamos a enfocarnos dentro de la industria automotriz y en el seguimiento gps. Los sistemas de correlación de datos son eficaces para mejorar rendimientos, reducir las emisiones de carbono y los costos de operación. Al mismo tiempo, la recopilación de datos de los vehículos sucede de forma segura ya que se ponen a prueba softwares preparados para proteger dicha información. Al utilizar conexiones privadas en la mayoría de los casos, la comunicación entre clientes, automóviles y dispositivos tecnológicos, sucede en un marco controlado.
Es cierto que al tratarse de sistemas integrados, se utilizan radiofrecuencias, redes telefónicas, comunicación satelital, para extrapolar datos que al final del proceso nos pueda llegar a resolver algún tipo de problemática. Pero por el dinamismo de esta vinculación, al funcionar como un sistema inalámbrico en la mayoría de los casos, resulta muy complicado y casi sin sentido, tratar de robar o apropiarse de datos de algún tipo de actividad relacionada con este monitoreo.
La transmisión de datos y su comunicación, fue evolucionando con el pasar de los años (refiriéndonos a este caso en particular de los sistemas de monitoreo). La radiofrecuencia fue el comienzo de todo y recién un tiempo después se empezó a interesar la telefonía. Luego, llegaron las redes de datos, la misma que utilizan nuestros celulares. Su cobertura y rapidez facilitan los tiempos de conexión y funcionamiento. De esta forma, este tipo de dispositivos se vislumbran cada vez más en flotas que trabajan en Altamar o cualquier sistema de navegación, así como en máquinas que trabajen en lugares más inhóspitos, como en una mina, por poner un ejemplo.
Lo que queda claro, es que más allá de la supervisión de datos, tanto de un viaje o recorrido en sí, como la de los vehículos para mejorar sus rendimientos, la eficacia no resulta como el único registro ventajoso de la utilización de estos sistemas de tráfico de datos. Los datos, más allá de reconocerse como el “nuevo oro” en muchas industrias, no hay que pensarlos siempre como un bien comercial. Estos nos ayudan en muchos casos a conocernos mejor, a estudiar nuestras tecnologías para proteger nuestro medio ambiente y optar por una funcionalidad integral y segura que cuide nuestros bolsillos y nuestro planeta al mismo tiempo.
Ver más: Phishing y ransomware, los principales cibeataques en México
Ver más: Red Hat y ETAS ayudaran a transformar el desarrollo de software para vehículos
Ver más: ¿En qué consiste el acuerdo entre Rappi y el FC Barcelona?