La fortaleza del dólar puede terminar de destruir la economía global
El valor del dólar estadounidense lleva más de un año en alza frente a todo tipo de divisas, desde la libra esterlina hasta el won surcoreano.
El índice del dólar estadounidense, que mide el dólar frente al euro, el yen y otras divisas importantes, subió más de un 14% este año.
La decisión de la Reserva Federal de aplastar la inflación en Estados Unidos mediante el aumento de las tasas de interés está causando estragos en otros países, al hacer subir los precios, aumentar el tamaño de los pagos de la deuda e incrementar el riesgo de una profunda recesión.
Estos aumentos de las tasas de interés inflan el valor del dólar —la moneda de referencia para gran parte del comercio y las transacciones del mundo— y provocan inestabilidad económica tanto en los países ricos como en los pobres.
El lunes, la libra llegó a un mínimo histórico frente al dólar ante la resistencia de los inversores a un plan de recorte de impuestos y gastos del gobierno. Y China, que controla férreamente su moneda, fijó el renminbi en su nivel más bajo en dos años, mientras tomaba medidas para gestionar su caída.
La fortaleza del dólar genera restricciones financieras en los mercados por las alzas de tipos de interés de la Fed. Las finanzas de los mercados emergentes, como se ha constatado con la quiebra del servicio de deuda de Sri Lanka o las dificultades financieras en India o Pakistán
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En Nigeria y Somalia, donde el riesgo de hambruna ya acecha, la fortaleza del dólar está haciendo subir el precio de los alimentos, el combustible y los medicamentos importados. El dólar fuerte está acercando a Argentina, Egipto y Kenia, países muy endeudados, a la suspensión de pagos y amenaza con desalentar la inversión extranjera en mercados emergentes.
El valor del dólar comparado con otras monedas importantes como el yen japonés ha alcanzado el máximo de las últimas décadas. El euro, empleado por 19 naciones de toda Europa, alcanzó la paridad 1 a 1 con el dólar en junio por primera vez desde 2002. El dólar también se está imponiendo frente a otras monedas, como el real brasileño, el won surcoreano y el dinar tunecino.
“Para el resto del mundo, es una situación sin salida”, dijo Eswar Prasad, profesor de economía en Cornell y autor de varios libros sobre divisas. Al mismo tiempo, dijo, la Reserva Federal no tiene más remedio que actuar agresivamente para controlar la inflación: “Cualquier retraso en la acción podría empeorar aún más las cosas”.
El dólar es la moneda de reserva del mundo. Según un estudio del Fondo Monetario Internacional, aproximadamente el 40 por ciento de las transacciones mundiales se realizan en dólares, sin importar si involucran a Estados Unidos o no.
¿Por qué se fortalece el dólar?
Porque la principal economía de mundo, Estados Unidos, no desacelera.
Pese a que tiene la inflación más alta en cuatro décadas, el mercado laboral estadounidense se ha mantenido notablemente sólido, así como otras áreas de la economía, como el sector de los servicios.
Esto hace que los operadores esperen que la Reserva Federal cumpla su promesa de seguir subiendo los tipos de interés y mantenerlos durante un tiempo, con la esperanza de reducir la subida de precios.
En un mundo angustiado, el dólar ha sido tradicionalmente un símbolo de estabilidad y seguridad. Cuanto peor van las cosas, más se compran dólares. Además, las perspectivas económicas en Estados Unidos, por muy turbias que sean, siguen siendo mejores que en la mayoría de las demás regiones.
El alza en las tasas de interés hace que el dólar sea aún más atractivo para los inversores, ya que les garantiza una mayor rentabilidad. Esto, a su vez, significa que están invirtiendo menos en los mercados emergentes, lo que pone más tensiones en esas economías.
“Es una cuestión de tiempo, porque la apreciación del billete verde -explica Kamakshya Trivedi, de Goldman Sachs- responde a demasiados factores, todos de riesgo, en un complejo cóctel de asuntos de toda índole, económicos, inversores, financieros y geopolíticos”. Aunque lo normal es que estas divisas acaben sometidas a correcciones en los próximos meses. En Bank of America estiman que más de la mitad de su revalorización actual se debe a la agresiva política de subida de tasas de la Reserva Federal.
Los compradores estadounidenses, mientras tanto, se benefician porque el abaratamiento de las importaciones ayuda a mantener la inflación estadounidense bajo control.
“No recuerdo la última vez cuando el problema era que un dólar fuerte era una forma en la que Estados Unidos exportaba la inflación, extinguiendo parte de la propia, pero añadiendo más de ella en todo el mundo”, dijo Jason Furman, profesor de economía en Harvard que fue asesor económico principal en el gobierno de Barack Obama.
Los más vulnerables son los más perjudicados. La situación es especialmente delicada debido a que muchos países se endeudaron por encima del promedio para enfrentar las consecuencias de la pandemia. Y ahora están ante una nueva presión para ofrecer ayuda pública, ya que los precios de los alimentos y la energía se disparan.
“Puede observarse que los efectos negativos de un dólar más fuerte son muy pronunciados”, dijo Maurice Obstfeld, profesor de economía de la Universidad de California, Berkeley.
Además, hay un efecto acumulativo. Los bancos centrales se sienten presionados a subir las tasas de interés para reforzar sus monedas y evitar que los precios de las importaciones se disparen. La semana pasada, Argentina, Filipinas, Brasil, Indonesia, Sudáfrica, Emiratos Árabes Unidos, Suecia, Suiza, Arabia Saudita, Reino Unido y Noruega subieron las tasas de interés.
A pesar de las penurias económicas que está causando el dólar fuerte, la mayoría de los economistas afirman que el resultado global sería peor si la Reserva Federal no consiguiera frenar la inflación en Estados Unidos.
Oscilaciones en Wall Street
Los índices bursátiles y los valores empresariales no son ajenos a estas incertidumbres. Las alzas continuadas en varias de las sesiones de septiembre en Wall Street responden a la esperanza de que la estrategia agresiva de la Fed empiece a dar sus frutos en el IPC. Como justifica Tom Porcelli el economista jefe de RBC Capital Markets: “como incidimos en los últimos días, la llave de una mejoría gradual de los mercados la emitirá la inflación subyacente americana” que descuenta el precio de alimento y energía y que es el termómetro de la pérdida de vigor estructural de esta espiral inflacionista. Aunque -matiza- “nuestra sensación se alinea con la tesis de que no habrá demasiadas sorpresas de contención en los meses venideros”.
El Banco Mundial advirtió este mes que las subidas simultáneas de las tasas de interés están empujando al mundo hacia una recesión y a los países en desarrollo hacia una serie de crisis financieras que causarían un “daño duradero”.