La Paradoja del Dato: Por qué acumular información no te hace más inteligente

Por. Eduardo Ríos
(Global) Actualmente, en esta era digital e hiperconectada en la que vivimos, los datos se han convertido en la piedra angular de muchas decisiones y en un activo fundamental para la competitividad, tanto de empresas como de organismos públicos. Sí, la administración pública y su política de datos son muy relevantes para la ciudadanía.
Sin embargo, la acumulación de grandes volúmenes de información por sí sola no garantiza ventajas ni eficacia alguna. Para transformar datos dispersos en conocimiento útil se necesita un conjunto de políticas, normas y procesos que aseguren su calidad, disponibilidad y seguridad: esto es muy relevante. Y eso es lo que denominamos Gobierno del Dato (diferente de la Gestión del Dato, como veremos más adelante).
Algunas administraciones públicas ya están asumiendo el reto de estructurar sus datos con políticas claras de gobernanza para mejorar servicios y optimizar recursos. En el ámbito privado, compañías de todos los sectores buscan “democratizar” el acceso a la información y, al mismo tiempo, mantener el control y cumplimiento normativo. Las políticas de gobernanza del dato pueden marcar la diferencia en estrategias a corto, medio y largo plazo; las de gestión del dato a corto plazo, pero necesitan complementarse.

Conceptos clave
¿Qué es la gobernanza de datos?
La gobernanza de datos (o data governance) establece el marco de principios, prácticas y herramientas necesarios para administrar los activos de datos de una organización a lo largo de su ciclo de vida. De una forma simple, incluye la definición de políticas, la asignación de responsabilidades y el diseño de procesos que garanticen la integridad, la protección y el uso estratégico de la información.
- Políticas: normas y criterios sobre privacidad, seguridad, acceso, retención y calidad.
- Roles y responsabilidades: definición de quiénes son responsables de custodiar, mantener y supervisar los datos (por ejemplo, data owners o data stewards).
- Procesos: procedimientos para la entrada, validación, catalogación, acceso y eliminación de datos. ¡Sí, incluimos el borrado y olvido de los datos!
Es una disciplina que trasciende la tecnología, es agnóstica tecnológicamente hablando, e implica cultura organizativa, procesos y responsabilidades claras.
Tal como señalan algunos expertos, la gobernanza de datos “alinea los requisitos relacionados con los datos con la estrategia empresarial, las necesidades de sus usuarios y permite a las empresas gestionar sus datos de forma confiable y segura”.
¿En qué se diferencia de la gestión de datos?
La gestión de datos (o data management) se centra en los aspectos operativos y técnicos de trabajar con la información, como la recolección, la transformación y la carga de datos (conocido como ETL en inglés) y la supervisión del rendimiento de las bases de datos. Por otro lado, la gobernanza de datos es el marco organizativo que define qué se hace y por qué, estableciendo las políticas y criterios de calidad que rigen esos procesos.
- Gestión de datos = Ejecutar la práctica (p. ej., cómo integrar datos de varias fuentes, diseñar arquitecturas y controlar la disponibilidad).
- Gobernanza de datos = Definir la visión, las normas y los roles para garantizar que esos datos estén bien protegidos, se compartan responsablemente y cumplan la normativa interna y externa.
Si lo pensamos en términos de una ciudad, la gestión de datos sería el día a día de la “operación” (recoger y procesar residuos, mantener infraestructura vial), mientras que la gobernanza sería el “ayuntamiento y sus normas” (decidir dónde invertir, establecer regulaciones, fijar quién es responsable de qué y con qué fines).
Algunos de los beneficios y algunas de sus sombras
1. Mejora de la calidad y accesibilidad
- Al haber estándares y definiciones unificadas, se reduce la duplicación de registros y la inconsistencia.
- Favorece que los usuarios —personal interno o ciudadanos, según el caso— encuentren datos de alta calidad de manera rápida.
2. Cumplimiento normativo y seguridad
- Políticas claras para la protección de datos sensibles.
- Trazabilidad de quién accede a qué información, alineado con regulaciones como RGPD o CCPA.
3. Ahorro de costes y eficiencia operativa
- Al evitar redundancias y silos de información, se optimizan recursos.
- Facilita la integración entre sistemas y aplicaciones.
4. Mayor confianza y toma de decisiones basada en hechos
- Contar con datos confiables genera transparencia y fortalece la cultura analítica.
- En el sector público, permite a la ciudadanía exigir y comprobar la eficacia de los servicios.
También tiene sus sombras; esto no es tan sencillo como unos bullet points.
Una de ellas es la resistencia (habitual) al cambio dentro de las organizaciones: adoptar nuevas políticas y prácticas suele requerir un cambio cultural profundo, y es crucial conseguir el apoyo desde la alta dirección hasta los equipos operativos. El componente humano es fundamental. La comunicación clara y simple, el propósito, los objetivos compartidos, la confianza y el compromiso tienen que estar en la ecuación. Personas y líderes comprometidos tienen que estar presentes. La transformación con base tecnológica es fundamental, pero más fundamental en el mundo del dato son las personas. Puede sonar paradójico, pero no lo es.
Otro desafío importante es la complejidad y el coste inicial: implementar un programa integral de gobernanza puede requerir inversión en tecnologías especializadas, capacitación de personal y dedicación de tiempo a definir procesos, lo cual puede ser costoso al principio (aunque con retornos claros a largo plazo).
Finalmente, la integración de sistemas heterogéneos supone un reto técnico: muchas organizaciones (públicas y privadas) tienen datos dispersos en múltiples plataformas y silos; un buen gobierno del dato exige integrar y unificar estas fuentes de información bajo un mismo marco, lo que puede requerir arquitecturas flexibles y herramientas de integración robustas.
Hay que saber y mentalizarse de que esto es ‘interminable’, constante, paso a paso y con paciencia. Pero poco a poco se construye una gran obra.
Ejemplo de uso
Habitualmente, cuando se plantean casos de uso, se utilizan empresas; hoy vamos a intentar ser más originales y planteo, por su implicación, ejemplos de la Administración Pública.
Primer ejemplo, el de un organismo público de salud autonómico que decide unificar y gobernar adecuadamente los datos de hospitales, centros de atención primaria y laboratorios.
Acciones concretas:
- Definió políticas de calidad y seguridad para todos los repositorios de pacientes, estableció roles de “custodio” (data steward) y aplicó reglas de acceso basadas en perfiles (médicos, administradores, investigadores).
- Incorporó un catálogo de datos central, con metadatos que describen cada fuente y garantizan su trazabilidad.
Resultados:
- Mejor coordinación en la asignación de recursos médicos (gracias a análisis predictivos sobre la demanda).
- Reducción de los tiempos de espera y optimización de costes.
- Transparencia y confianza entre ciudadanía y administración, al publicar informes con datos validados y consistentes.
Este ejemplo muestra que la gobernanza de datos en el sector público no solo reduce duplicidades y costes, sino que impulsa la mejora continua de los servicios y la satisfacción de los usuarios.
Otro ejemplo es la iniciativa de reutilización de la información pública de la plataforma datos.gob.es, promovida por el Ministerio para la Transformación Digital y de la Función Pública, que tiene como uno de sus objetivos ser un punto de encuentro entre las administraciones, las empresas y los ciudadanos que forman parte del ecosistema de los datos abiertos en España.
Conclusión
La implementación de un marco sólido de gobernanza de datos es un paso esencial para que las organizaciones —públicas o privadas— se adapten a un entorno cada vez más competitivo y regulado. Evitando datos de mala calidad, sesgados, incompletos y manipulables desde su origen.
Diferenciarla claramente de la gestión de datos es crucial: mientras esta última se enfoca en la operativa (almacenamiento, integraciones, procesamiento), la gobernanza define la estrategia, las normas y las responsabilidades.
En un mundo cada vez más impulsado por los datos, saber gestionarlos de manera responsable y efectiva será clave para mantenerse operativos, tomar decisiones más inteligentes, reducir riesgos y abrir nuevas vías de innovación.
En definitiva, contar con datos confiables, protegidos y bien organizados no solo impulsa la eficiencia y la innovación, sino que también genera valor agregado y fortalece la reputación de la entidad frente a ciudadanos, clientes y usuarios finales. Quienes asumen desde hoy la importancia de la gobernanza de datos estarán mejor preparados para los desafíos presentes y futuros. Me atrevo a afirmar que sin gobernanza al medio plazo no se llega.
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