La tecnología, clave en el Aula del Futuro

Atrás quedaron los días en que los estudiantes usaban libros de texto y cuadernos dentro de sus aulas. Hoy, toman notas en tabletas, hacen investigaciones en computadores portátiles y se mantienen en contacto con amigos a través de dispositivos móviles.

La experiencia de aprendizaje continúa evolucionando a medida que nos acercamos a una sociedad más conectada y con más avances tecnológicos.

Algunos cuestionan la necesidad de incluir más tecnología en el aula, para lo cual los educadores responden con un sí rotundo, pues aseguran que de esta manera se permite una mayor experiencia práctica que ayuda a los estudiantes a comprender mejor los conceptos y teorías. En un estudio patrocinado por Samsung, GFK encontró que 90% de los maestros estadounidenses opinan que la tecnología en el aula es importante para el éxito del estudiante.

Un reporte de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (Ocde) encontró que los estudiantes con acceso a la tecnología tienen mejor desempeño, en promedio, que los que tienen una menor posibilidad. A través de la tecnología, los maestros están en mejores condiciones para atender los diferentes estilos de aprendizaje, involucrar a los estudiantes -tanto dentro como fuera de las aulas- y fomentar una mayor participación y colaboración de los estudiantes.

“Los dispositivos tecnológicos usados de manera pedagógica en las aulas han cambiado la dinámica del salón tradicional. La enseñanza frontal, simultánea y homogénea es incompatible con esa nueva estructura y exige a los profesores el desarrollo de una metodología mucho más flexible y hace más necesaria la atención individualizada de los alumnos”, destaca Carolina González Serrano, Ph.D y Coordinadora del Samsung Smart School en Popayán, una ciudad colombiana.

Lo interesante es que la tecnología abre la escuela y permite una sana expansión desde el contexto y entorno, fortaleciendo la idea de que el aprendizaje ya no se produce solo en la escuela, sino que es más global. El rol del profesor y la academia cambian al ser cada vez menor su función de control y mayor su papel como igualador de oportunidades”, complementa González Serrano.

Cambios para el futuro

Las aulas de hoy en día están equipadas con dispositivos como pizarras interactivas y pantallas, controles de mando, tabletas, teléfonos inteligentes y otras herramientas que han modernizado la educación para hacerla más personalizada, empoderando a estudiantes y maestros en el uso de tecnologías digitales para resolver problemas y aprender.

“Hemos visto que cuando las instituciones no tienen suficientes herramientas tradicionales de investigación científica, tales como equipos de laboratorio, a menudo recurren a la tecnología creando laboratorios de biología virtuales. A través de la tecnología, los educadores son capaces de encontrar formas innovadoras de proporcionar a los estudiantes información y herramientas relevantes para usar en el proceso de resolución de problemas. Hay un sinnúmero de casos de éxito que demuestran cómo la tecnología en el aula puede romper barreras y, finalmente, crear un ambiente de aprendizaje más incluyente”, comenta César Muñoz, gerente de Ciudadanía Corporativa de Samsung Electronics Colombia.

La tecnología por sí sola no es la respuesta. Cuando se combina con los métodos de enseñanza tradicionales y maestros dispuestos a innovar, la tecnología puede ayudar a crear una experiencia educativa totalmente inmersiva que hace la diferencia.

“Es importante destacar que el acompañamiento que se dé al uso de la tecnología en la educación es clave. No se trata de que los niños usen libremente y sin control los dispositivos. Se debe supervisar su uso en términos de límite de tiempo y de contenidos clasificados, pues la tecnología no es sólo para el ocio y entretenimiento, sino que soporta procesos de aprendizaje significativos con el correcto acompañamiento por parte de padres y docentes”, concluye Carolina González Serrano.