La tecnología, generadora de oportunidades

La tecnología está transformando la forma en que las personas con discapacidad viven y trabajan. Algunos cambios son radicales, como los exoesqueletos conectados a través de una interface cerebro-computadora que permiten caminar a personas parapléjicas. Otros son más pequeños, como algunas aplicaciones que mejoran el acceso a servicios y productos. Pero todos ayudan a hacer realidad la participación plena e igualitaria de todos.

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), más de mil millones de personas en el mundo (15 por ciento de la población) tienen algún tipo de discapacidad. En América Latina representan el 12 por ciento de la población (más de 70 millones de personas), dice la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL).

La discriminación en el trabajo y la falta de acceso a la educación, la salud, el transporte y la información son algunos de los obstáculos que enfrentan las personas con discapacidad, señala la Organización Iberoamericana de Seguridad Social (OISS).

Hoy, gracias a la tecnología y la expansión de los smartphones se amplían los espacios para que las personas con alguna discapacidad se incorporen cada vez más a la vida laboral.

Un ejemplo de cómo la tecnología está mejorando la vida de la gente con alguna discapacidad es Uber. La aplicación que, gracias a los avances en geolocalización, ofrece una alternativa de movilidad segura, confiable y muy accesible.

Francisco, un chileno de 63 años que de niño sufrió de poliomielitis y quedó parapléjico, es socio-conductor de Uber en Santiago. “Yo he comprobado que en Uber hay una mayor disposición a ayudar a gente con discapacidad”, dice.

Uber es una opción de trabajo para las personas discapacitadas porque no discrimina; si una persona tiene licencia de conducir y pasa la revisión de antecedentes, puede conducir.

“Lo que más me impactó es que me dieron la oportunidad sin ponerme ningún ‘pero’… Me pidieron mi licencia de conducir, pasé el examen y ya”, dice Javier, un colombiano de Cali que tiene paraplejia y hoy conduce ocho horas por día. Javier tiene 53 años y toda su vida vivió de una pensión. Cuando Uber llegó a Colombia, logró, por primera vez, generar ingresos. “Hoy no me siento inútil. Con este ingreso pagué deudas que no sabía cómo iba a pagar y puedo proyectar el futuro de mi hijo”, cuenta.

En América Latina la discriminación laboral afectan de forma particular a los personas con discapacidad. Más del 80 por ciento de las personas con discapacidad no tiene empleo, según la CEPAL; y de acuerdo a la OISS, esto perpetua el círculo vicioso entre pobreza y discapacidad.

El mundo ha cambiado. Y gracias a la tecnología, también ha cambiado para las personas con discapacidad.