Los servicios de streaming son los grandes ganadores de esta crisis
Pues bien, desde una mirada at a glance del impacto global en sectores económicos, el coronavirus afecta a toda la industria manufacturera de alto contenido tecnológico (incluyendo industria automotriz, aeronáutica y telecomunicaciones), básicamente porque su producción implica aglomeración de personas, no es considerada esencial y en definitiva se ajusta a las proyecciones de la demanda, nada alentadoras por cierto.
En este contexto sólo “se salvan” algunos sectores, primordialmente de servicios, entre los cuales tenemos el caso de las OTTs: las over the top son aquellas firmas que, dentro del sector de telecomunicaciones, brindan servicios de streaming. Se valen de internet para llegar a los usuarios con video (Netflix), audio (Spotify) o mensajería (Whatsapp, de Facebook) y/o aplicaciones de teleconferencia (como Skype o Zoom).
Entre las OTT, el caso de Netflix es paradigmático. Se trata de una compañía que encontró ya hace más de 20 años en el servicio online de video un nicho de mercado, lo ha desarrollado y, de la mano de la tecnología, cada vez se posiciona más arriba en la valoración de clientes e inversores. Con el “quédate en casa” se ha vuelto un servicio casi indispensable. Tomando en consideración los últimos 3 meses, la especie se ha incrementado en un 13%, y alcanza una capitalización bursátil de u$s163.00 millones.
Por el lado del streaming de audio, se espera que la sueca Spotify, que ofrece en este momento la plataforma más extendida del globo, incremente su valor a partir de la posibilidad de mayores suscripciones, a pesar de haber sufrido los embates de las bolsas en marzo: si bien la relación no es tan lineal como con el video, más gente en casa puede traducirse en mayores experiencias con el servicio. Actualmente su valor de mercado es de u$s24.000 millones.
En tanto que en el segmento de videoconferencia, la evolución que ha manifestado la firma Zoom Video Communications es sin dudas una de las más destacables en el actual contexto. La compañía ofrece como servicio una plataforma de comunicación a través de video, voz, chat y con capacidad de compartir información. Como consecuencia de la cuarentena, la aplicación fue bajada por más de 5 millones de usuarios durante marzo, un 86% más que el promedio habitual.
En el período de tres meses considerado, Zoom ha incrementado su acción en un 70%, aún teniendo en cuenta los múltiples issues de seguridad que ha debido enfrentar (y enfrenta todavía), incluidos sabotajes y filtraciones. En tal sentido, quizás el suceso más destacable es su prohibición por parte del Departamento de Educación de Nueva York para su uso en escuelas, alegando problemas de seguridad y privacidad. El valor de mercado de la firma, que cotiza desde el año pasado, alcanza los u$s34.700 millones.
En tanto que, si miramos a los grandes gigantes de la industria, los efectos de sus unidades de negocios dedicadas a servicios OTT se diluyen en el resto de sus portfolios. Por ejemplo, es el caso de Disney, que es socia mayoritaria de la plataforma OTT Hulu junto con Comcast y ha lanzado recientemente su plataforma propia Disney+, ambas compitiendo palmo a palmo con Netflix. En su caso, la acción de Disney se derrumbó un 28% en tres meses, por el cierre (sin precedentes) de sus parques de diversiones en Estados Unidos, Paris, Shangai y Tokio, y la paralización de sus producciones audiovisuales.
En definitiva, tomando los valores de mercado de especies determinadas como testigo, se puede confirmar que en el sector telecomunicaciones existe un mayor perjuicio del COVID-19 sobre las actividades eminentemente industriales. En este sentido (siempre considerando el período de 3 meses) se revela un 14% de caída de Apple, fabricante de equipamiento con presencia también en plataformas, el -21% de Qualcomm, fabricante de semiconductores, y el -19% de Nokia, líder en equipamiento de redes.
Se puede ver entonces que ante evolución de la pandemia y la consecuente retracción de la actividad manufacturera en el sector de las telecomunicaciones, se vislumbra hacia el futuro próximo sólo algunos nichos que pueden crecer entre las OTTs, el eslabón más alto de la cadena, propio de servicios. No obstante también debería considerarse al mismo limitado, por las dificultades de generación de nuevos contenidos y la actual capacidad de transmisión de los proveedores de Internet. Así, mientras los operadores puedan soportar más streaming con sus actuales despliegues, a estas plataformas les irá bien. Para mayor infraestructura y producción, habrá que esperar.