Matemáticas y algoritmos para invertir de forma más eficiente

En el terreno de las inversiones, la gestión cuantitativa se diferencia de la tradicional, en que la primera toma las decisiones de inversión a través del uso de herramientas matemáticas y algoritmos automatizados. En la gestión tradicional, el factor humano gana protagonismo y el gestor toma las decisiones a través de diferentes técnicas como el análisis de los estados financieros de las compañías, la valoración de empresas basada en descuentos de flujos de caja o las perspectivas económicas.

“La gestión cuantitativa ha ido ganando peso en la gestión de activos en los últimos años, aumentando la demanda de profesionales de inversión con habilidades en este campo”, explica Jaime Martínez, director de Asset Allocation en BBVA Asset Management. “Aunque la gestión 100% cuantitativa de las carteras es aún minoritaria, lo que más ha cambiado es que ahora la mayoría de los gestores, independientemente de que su estilo de inversión sea más o menos tradicional, se apoya en herramientas cuantitativas dentro de su proceso de toma de decisiones”, añade.

Aplicaciones de las finanzas cuantitativas

Como subraya Martínez, las finanzas cuantitativas están en auge y son ya una parte estratégica para cualquier negocio. Según datos del Instituto Adecco, la profesión con más demanda en el área financiera en el año 2022 fueron los profesionales de Financial, Planning & Analysis (FP&A), que utilizan activamente las finanzas cuantitativas.

Las finanzas cuantitativas se nutren de dos fuentes: los modelos matemáticos y la abundancia de datos derivada del análisis de los macrodatos (‘big data’) generados por aplicaciones móviles, páginas web, redes sociales, transacciones comerciales o registros gubernamentales en línea. Su aplicación es muy variada, pero los usos más frecuentes de las finanzas cuantitativas son:

  • Estimar el precio de los activos. .
  • Controlar riesgos y predecir tendencias.
  • Analizar posibles cambios en las valoraciones de productos de inversión para elegir las opciones futuras más rentables.
  • Lograr una administración financiera más eficiente.

Historia de las finanzas cuantitativas

El origen de las finanzas cuantitativas está relativamente cerca. Nacen en EE. UU. en la década de los setenta de la mano del economista Harry Max Markowitz, que obtuvo el Premio Nobel en 1990 por sus aportaciones al análisis de carteras de inversión y a los métodos de financiación corporativa.

El primer objeto de estudio de las finanzas cuantitativas y el más conocido fue la inversión. El modelo de Markowitz buscaba, precisamente, calcular el precio de acciones y de bonos. La idea no era analizar solo qué inversión produce una mayor rentabilidad, sino preguntarse qué riesgo conlleva cada inversión. Así, una cartera de inversión eficiente sería aquella que ofrece el menor riesgo para una rentabilidad deseada.

También fue clave para el desarrollo de esta nueva disciplina el trabajo del sociólogo Robert King Merton, que aplicó modelos econométricos al campo de las finanzas para poder estimar cuál es el efecto de una variable sobre otra y así predecir el valor futuro de esas variables. De hecho, junto a Fisher Black y Myron Scholes, creó el modelo denominado Black-Scholes-Merton por el que ganaron el Premio Nobel en 1997.

Aunque el verdadero boom de las finanzas cuantitativas se ha producido en las últimas décadas de la mano de un acceso más directo a macrodatos y las mayores facilidades para procesar y analizar esa información.

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Gestión del riesgo con las finanzas cuantitativas

Una de las aplicaciones más destacadas de las finanzas cuantitativas es estimar el precio de cualquier tipo de activo, desde los que cotizan en mercados de valores, como acciones o futuros, a otros que no lo hacen, como los contratos swap (un derivado financiero en el que dos partes acuerdan intercambiar los flujos futuros de dos productos). Y su capacidad va mucho más allá porque también pueden valorar y predecir tendencias en la empresa, muy útil en la gestión del riesgo.

Esta faceta de las finanzas cuantitativas se puede aplicar tanto a las grandes empresas como al negocio de un autónomo. Toda actividad empresarial puede analizarse por medio de las finanzas cuantitativas, especialmente los proyectos de inversión, y de esta forma hacer estimaciones sobre su rentabilidad y, con ello, su viabilidad y ventaja competitiva.

La gestión de riesgos, tanto en las finanzas cuantitativas como en las tradicionales, tiene diferentes tipologías:

  • Riesgo de crédito: probabilidad de que un acreedor no pague por los productos o servicios que se hayan vendido o que haya un atraso en el pago.
  • Riesgo de mercado: cuando el activo o inversión puede verse afectada de forma negativa por situaciones externas como subida de precios, cambios de tipos de interés, barreras arancelarias, etc.
  • Riesgo operacional: se produce por fallo o error de alguno de los elementos que conforman la operación, ya sean personas, equipos técnicos o modelos realizados.
  • Riesgo de liquidez: cuando una empresa u organización no pueda afrontar sus obligaciones de pago a corto plazo.
  • Otros riesgos: legal o tecnológico, entre otros.

Tendencias y finanzas cuantitativas

Otra aplicación de gran utilidad que tienen las finanzas cuantitativas es el cálculo de tendencias en los mercados financieros basados en el análisis de series temporales.

Las series temporales son una sucesión de observaciones cuantitativas de un fenómeno siempre ordenadas en el tiempo. Uno de los ejemplos más claros de aplicación es el precio de un activo financiero que cotiza cada día en el mercado, pero también es válido, por ejemplo, para estimar las ventas mensuales de una empresa.

Para el analista financiero Luis García Langa, director de AulaFinanzas, “las finanzas cuantitativas son fundamentales para poder determinar, por ejemplo, la rentabilidad de una inversión, o hacer análisis más complejos como el descuento de flujo de caja”. En el primer caso podemos separar y ordenar las inversiones, de la que más beneficios se estima que nos va a ofrecer a la que menos; y en el segundo ejemplo, el método cuantitativo permite dar una idea del movimiento de dinero en efectivo en un negocio.