Neurociencia y deporte: Exploran la mejora del rendimiento y la salud cerebral

(España) La Universitat Oberta de Catalunya (UOC) y Neuros, una empresa vasca ubicada en el Campus Donostia del Parque Tecnológico de Euskadi (Guipúzcoa), han puesto en marcha una innovadora investigación que explora cómo la neurociencia puede transformar tanto el rendimiento deportivo como la salud cerebral. Esta colaboración, que se extenderá hasta octubre de 2027, combina la experiencia científica de la UOC con la infraestructura y los recursos técnicos de Neuros, con el objetivo de abrir nuevos caminos en el ámbito de la neurociencia aplicada.
Explorando las capacidades del cerebro en el deporte
El proyecto se centra en el uso de técnicas de neuromodulación y neuroimagen para entender mejor cómo funciona el cerebro durante la práctica deportiva, especialmente en deportistas de élite. Según explica el doctor Diego Redolar, coordinador principal del grupo Cognitive NeuroLab y director del grado de Psicología de los Estudios de Psicología y Ciencias de la Educación de la UOC, estas técnicas permiten observar y modificar el funcionamiento de regiones específicas del cerebro de forma no invasiva, capacidad que presenta aplicaciones en la mejora del rendimiento y en el tratamiento del dolor crónico.
“Queremos entender cómo influye el cerebro en la planificación y la ejecución de la práctica deportiva, e incluso mejorar estas capacidades a través de técnicas como la estimulación magnética transcraneal”, explica Redolar sobre el proyecto. “Esto podría convertirse en un tipo de dopaje cerebral, dado su potencial en la mejora del rendimiento. Evidentemente, siempre debería aplicarse dentro de unos marcos éticos y científicos, sobre los que se está trabajando”, destaca.
Este enfoque incluye aspectos cruciales, como la identificación de biomarcadores relacionados con el dolor, que permitirían diseñar tratamientos más personalizados para los deportistas que sufren dolor crónico. “Las técnicas de neuroimagen nos ofrecen una ventana directa al funcionamiento del cerebro y nos ayudan a identificar patrones que pueden estar alterados”, explica Redolar. Esta información también puede aplicarse entre la población general para abordar problemas como la fibromialgia o el dolor neuropático.
Otro elemento clave del proyecto es el análisis de la actividad prefrontal, cuyo papel es fundamental para la toma de decisiones y la planificación estratégica durante la actividad deportiva. En disciplinas como el surf profesional, los deportistas deben tomar decisiones rápidas en entornos cambiantes. “Actualmente, estudiamos cómo mejorar estas habilidades cognitivas clave a través de este método de estimulación no invasiva”, señala el experto.
Rendimiento deportivo y salud pública
El proyecto se divide en dos grandes líneas de trabajo: la primera se centra en optimizar el rendimiento deportivo, empezando con surfistas profesionales, para ampliarlo posteriormente a otras disciplinas; la segunda línea busca mejorar la salud cerebral en la población general a través de programas combinados de ejercicio físico y estimulación cerebral. Esta combinación, explica Redolar, puede aumentar la “reserva cognitiva”, una característica que protege el cerebro ante enfermedades neurodegenerativas, como el alzhéimer.
El proyecto también cuenta con una vertiente de salud pública, puesto que promueve la importancia de la actividad física regular como factor clave para el bienestar cerebral. “Sabemos que el ejercicio físico es crucial para la salud mental y cognitiva. Si esto lo combinamos con la estimulación cerebral, podríamos crear programas altamente efectivos para mejorar la calidad de vida de la gente”, añade el doctor Redolar.
“Si unimos el ejercicio físico y la neuroestimulación, podemos promover una salud cerebral que ayude a prevenir enfermedades neurodegenerativas y a mantener una vida activa y saludable hasta edades avanzadas”, apunta Redolar, sobre los beneficios en la calidad de vida a largo plazo de la población general.
También se quiere contribuir a objetivos más amplios, como reducir la desigualdad en el acceso a tratamientos innovadores. Este proyecto ofrece la posibilidad de implementar soluciones en contextos con recursos limitados, puesto que hace accesible la neurociencia aplicada a una mayor parte de la población. “Estamos estableciendo las bases para un futuro en el que la salud cerebral sea una prioridad accesible para todo el mundo”, destaca el investigador.
El proyecto también aborda retos como el dolor crónico, un problema habitual en deportistas y en personas con enfermedades como la fibromialgia. Este enfoque interdisciplinario no solamente refuerza la vinculación entre deporte y salud, sino que ofrece soluciones innovadoras para problemas sociales y sanitarios complejos.
Neuros, un socio clave
La empresa Neuros aporta al proyecto acceso directo a deportistas y una red de colaboraciones en el País Vasco, además de tecnología complementaria. Esta alianza también ha permitido obtener financiación adicional a través de subvenciones locales, lo que amplía las posibilidades del proyecto. “Ellos nos proporcionan el tejido deportivo y tecnológico que necesitamos, y nosotros aportamos nuestro conocimiento y nuestra capacidad investigadora”, señala Redolar.
La colaboración de la UOC con Neuros no es un hecho aislado. De hecho, el número de proyectos de investigación contratada ha crecido de forma sostenida en los últimos años. Esta tendencia refleja el compromiso de la UOC con un modelo de investigación que combina excelencia académica y aplicabilidad práctica.
Los beneficios de la colaboración entre la UOC y el mundo empresarial
Este proyecto ejemplifica el potencial de la colaboración entre las universidades y las empresas, una línea estratégica clave para la UOC. Según Mireia Riera, directora del Área de Impulso a la Transferencia de la UOC, estas alianzas generan beneficios para todas las partes implicadas. “Para nuestra universidad, implican recursos adicionales, actualización del conocimiento y reconocimiento institucional. Para las empresas, ofrecen acceso a investigaciones de vanguardia y soluciones personalizadas. Por último, para la sociedad, impulsan la innovación y mejoran la calidad de vida”, explica Riera.
Este tipo de colaboración también contribuye a la actualización de contenidos, metodologías y objetivos educativos, y fomenta la participación en proyectos europeos conjuntos e iniciativas público-privadas. Como indica Riera, “la interacción con empresas ayuda a trasladar los conocimientos prácticos al día a día de la investigación y la docencia, lo que permite mejorar la calidad académica y el impacto social de los proyectos”.
La investigación contratada en la UOC ha experimentado un crecimiento significativo: ha pasado de 35 proyectos en 2019 a 65 en 2024 (dato provisional), con un aumento correlativo en los ingresos generados. Este tipo de iniciativas no solamente contribuyen al desarrollo económico, sino también al fomento de la innovación y la sostenibilidad, y permiten reforzar el papel de las universidades como motores de cambio social.
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