Ocho de cada diez entidades financieras sitúa el Open Banking entre sus prioridades

El 79% de las entidades financieras están adoptando, tienen planes de adoptar o tienen intenciones de adoptar soluciones de Open Banking, la tecnología que permite sincronizar los datos que tienen los bancos sobre sus clientes con otras fuentes de información, según un estudio llevado a cabo por Forrester Consulting para TransUnion que explora las oportunidades y la evolución del Open Banking desde una perspectiva tanto de negocio como para clientes.

La industria financiera espera que el despegue real de esta tecnología ocurra en 2020, por lo que aún hay tiempo, por un lado, de realizar las inversiones necesarias y, por otro, de informar adecuadamente a los clientes de las ventajas que podrán obtener gracias a su consentimiento para compartir información personal: hasta el 25% de los usuarios afirma no haber escuchado nunca la expresión “Open Banking”, lo que abre un mundo de oportunidades para que las entidades inicien procesos educativos y expliquen a sus propios clientes las ventajas de una tecnología en la que están invirtiendo una gran cantidad de recursos.

En febrero de 2016, un par de años antes de que entrara en vigor la legislación sobre ‘Open Banking’ en Europa, el periódico inglés The Guardian describió esta tecnología como el ‘momento Uber’ de la banca” afirma Jaime Marín, director de estrategia de TransUnion.  “Este tipo de descripciones puede suponer temores o incertidumbres en la industria, pero la realidad es que sólo es un obstáculo para aquellos que se resisten al cambio. Gracias al Open Banking, tanto las entidades bancarias como las instituciones financieras tienen una oportunidad sin precedentes de tomar mejores decisiones en sus estrategias de financiación, de desarrollar relaciones más cercanas con sus clientes y, sobre todo, de incrementar sus beneficios”.

Las entidades no aprovechan al máximo el Open Banking

Aunque tan sólo el 15% de los profesionales no muestra interés en que su entidad despliegue este tipo de tecnologías, existe un sentimiento generalizado, según el informe de TransUnion, que indica que no se están aprovechando al 100% las ventajas del Open Banking aún: el 86% de los profesionales encuestados asegura que los datos que se obtienen gracias al Open Banking son valiosos o muy valiosos y, sin embargo, de momento, solo la mitad de ellos afirma que entienden cómo pueden sacar partido de ellos.

En la actualidad las entidades utilizan Open Banking para verificación, asesoría de riesgos y para un mejor conocimiento de los datos de que disponen, es decir, tareas funcionales que ayudan a las entidades en los procesos de aprobación y de verificación. Pero los propósitos futuros llevan a la segmentación y a la personalización de ofertas y seguros. Por ejemplo, TransUnion ya ha utilizado en algunos clientes tecnologías Open Banking para ayudarles a aprobar solicitudes de alquiler combinando datos sobre ingresos, gastos, información sobre el empleador del futuro arrendatario y reconocimiento de rentas, con el objetivo de que el proceso de solicitud sea más sencillo para los propietarios que desean alquilar o para conceder la primera hipoteca a usuarios sin historial.

Por qué es imprescindible adoptar Open Banking

En general, los hábitos de adopción que se observan, según las respuestas de los profesionales encuestados al estudio llevado a cabo por TransUnion, se encuentran motivados por conseguir objetivos de negocio (una mejor comprensión de los perfiles financieros de los clientes que solicitan créditos o productos similares) y por colocarse a la vanguardia de la innovación (sobre todo ante la presión que están ejerciendo las entidades alternativas de financiación). De hecho, el 53% de los encuestados acepta que las inversiones en Open Banking son respuesta a los movimientos de innovación llevados a cabo por la competencia (aunque el 86% cree que innovar es crítico para el negocio), mientras que el 56% afirma que la mejora de la experiencia del cliente está en lo más alto de la lista (aunque el 82% considera que este punto es crítico para el negocio).

El estudio ha preguntado directamente a 114 responsables de riesgos (en bancos y proveedores de tarjetas de crédito, entre otros) y a 1.555 usuarios mayores de edad que han llevado a cabo algún proceso de solicitud en una entidad financiera en los últimos seis meses.