Open Banking: Clave para desbloquear el poder de los insights financieros en Latam

Por David Conde, CEO y cofundador de Coinscrap Finance

(Latam) La industria financiera está atravesando una transformación sin precedentes, impulsada por el acceso a datos hiperpersonalizados, que permiten crear experiencias adaptadas a cada usuario. Los insights generados a partir de estos datos ya no son solo herramientas; son, en muchos sentidos, el lenguaje fundamental para conectar con el cliente. En Latinoamérica, este cambio es aún más palpable, donde países como México y Colombia están abrazando el open banking y adoptando prácticas de análisis de datos avanzadas para ganar la lealtad de una población joven y digitalmente activa.

La información que generamos hoy en día con cada transacción es increíblemente valiosa y, a medida que avanzamos hacia un entorno de open banking, la oportunidad de explotar esta información para mejorar la experiencia del usuario es enorme. No se trata solo de ofrecer productos financieros; se trata de entender las necesidades de nuestros clientes en tiempo real, alineando cada oferta con sus circunstancias y momentos vitales. Por ejemplo, en México, las entidades que sepan aprovechar esta transformación digital podrán destacar en un mercado competitivo y obtener una ventaja sostenible en la retención de clientes.

La tecnología para manejar esta vastedad de datos ha evolucionado enormemente. Atrás quedaron los días en que los bancos solo miraban el pasado para entender patrones de consumo. Hoy, gracias a herramientas de machine learning y análisis predictivo, podemos anticipar las necesidades del usuario antes de que surjan, ofreciendo recomendaciones hiperpersonalizadas. Este enfoque es el que está marcando la diferencia para los bancos y Fintechs que buscan mantenerse relevantes en un mercado saturado.

La banca en Colombia, por ejemplo, está abrazando cada vez más la tecnología como un aliado fundamental. En Coinscrap Finance, entendemos que el verdadero poder de los datos no radica solo en su acumulación, sino en su aplicación estratégica. Es posible analizar patrones de gasto y hábitos de consumo para prever cuándo un cliente podría necesitar un préstamo o una nueva cuenta de ahorro. Esto optimiza los tiempos de respuesta de las entidades y mejora la experiencia de usuario. Este enfoque proactivo no solo mejora la fidelización, sino que también permite a las instituciones aumentar la rentabilidad de sus carteras, al ofrecer productos que el cliente realmente necesita, en el momento adecuado.

El desafío para las instituciones en México y Colombia es, por tanto, diseñar una estrategia que sea tanto tecnológica como humana. En un contexto de constante evolución, los datos transaccionales se han convertido en el “oro digital” para las instituciones financieras. Sin embargo, la clave está en cómo estos datos son traducidos a acciones que beneficien a los usuarios. A medida que el open banking se afianza en Latinoamérica, la agilidad y la capacidad de adaptación serán cruciales. Las empresas que no logren transformar sus modelos hacia un enfoque centrado en el cliente y en la innovación probablemente quedarán rezagadas en esta carrera.

No obstante, lograr esta hiperpersonalización no implica una inversión millonaria en tecnología. Con el uso de algoritmos de machine learning y modelos de IA, es posible aplicar análisis predictivos y prescriptivos que permitan comprender las necesidades de los usuarios a nivel granular. Hemos visto que incluso los bancos tradicionales, con los sistemas adecuados, pueden adaptarse rápidamente y empezar a generar valor a partir de datos que ya poseían. Así, los insights obtenidos no solo facilitan decisiones comerciales, sino que son cruciales para construir una relación a largo plazo con el cliente, basada en la confianza y en la percepción de que la entidad entiende y cuida nuestros intereses.

Para los próximos años, prevemos que los usuarios financieros de Latinoamérica valorarán cada vez más las interacciones digitales y personalizadas. Según estudios recientes, el 72% de los usuarios afirman que prefieren las ofertas financieras que se alinean con sus intereses y hábitos de gasto. La personalización ha dejado de ser un lujo para convertirse en una necesidad en la relación con el cliente. Es evidente que la capacidad de responder de forma inmediata y precisa a las necesidades de los usuarios será un diferencial competitivo, especialmente en mercados como los de México y Colombia, donde la competencia en el sector bancario es feroz y los clientes son cada vez más exigentes.

Desde Coinscrap Finance, apostamos por seguir innovando en la línea de la personalización y el uso inteligente de los datos. Creemos que las fintechs y los bancos tradicionales pueden trabajar juntos en un modelo de colaboración donde ambos salgan beneficiados. El objetivo es crear un ecosistema bancario que no solo esté basado en la tecnología, sino que también se centre en mejorar la vida de las personas. Las instituciones financieras que sepan encontrar un equilibrio entre estas dos dimensiones estarán mejor posicionadas para aprovechar el potencial del open banking en Latinoamérica.

En conclusión, el futuro del sector bancario en Latinoamérica se perfila como una época de grandes oportunidades y retos. La transformación digital no es solo una cuestión de tecnología, sino también de mentalidad y de enfoque estratégico. Los bancos que logren integrar insights financieros en sus operaciones diarias podrán ofrecer productos y servicios que realmente agreguen valor a sus clientes. Para los consumidores, esta nueva era representa una oportunidad única de acceder a servicios financieros que se adapten a sus vidas, y no al revés.

La industria debe prepararse para un futuro en el que la rapidez de adaptación a los cambios y la capacidad de innovar serán factores determinantes de éxito. Y, en este camino, el análisis de datos y la inteligencia artificial serán aliados inseparables para todas las entidades que aspiren a liderar el mercado. En México y Colombia, el crecimiento del sector será directamente proporcional a la capacidad de las instituciones de entender y satisfacer a un cliente que, más que nunca, exige atención personalizada y valor añadido en cada interacción.

El reto de la banca en Latinoamérica es mayúsculo, pero también lo es su potencial. Las tendencias son claras: quienes sepan leer el futuro en los datos ganarán. La experiencia del cliente, la hiperpersonalización y el uso inteligente de la tecnología no son conceptos de moda, son la columna vertebral del éxito en esta nueva era digital.

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