Por qué el Sillicon Valley apostó a Biden

Según revela un análisis de Wired, los empleados de Alphabet, Amazon, Apple, Facebook, Microsoft y Oracle han aportado casi 20 veces más dinero a Biden que a Trump desde principios de 2019. Según los datos publicados por la Comisión Federal Electoral, solicitados a quienes contribuyen con 200 dólares o más a una campaña presidencial para informar a su empleador, los trabajadores de estas seis empresas han aportado 4.787.752 dólares a Biden y solo 239.527 dólares a Trump.

Los empleados de Alphabet son los mayores patrocinadores financieros de Biden en Silicon Valley, habiendo donado 1,8 millones, más de un tercio del dinero recaudado de los empleados de las seis compañías. Un análisis de Open Secrets, un organismo de control de la financiación de campañas, descubrió que  Alphabet, Microsoft, Amazon, Facebook y Apple representan cinco de los siete mayores donantes de la campaña de Biden sobre esa base.

Los empleados de la sexta empresa analizada, Oracle, han sido menos parciales en sus contribuciones. Aproximadamente el 20% de las contribuciones de los empleados de Oracle se han destinado a Trump, en comparación con menos del 10% en cada una de las otras empresas. La siguiente participación más alta para Trump está en Microsoft, donde casi el 8% del dinero donado a las campañas presidenciales se destinó a Trump.

Trump ha tenido una relación de amor y odio con Silicon Valley durante su tiempo en el Despacho Oval. Pero en los últimos meses su administración ha estado aplicando políticas que frenarían el poder de la gran tecnología. A principios de este verano, el presidente firmó una orden ejecutiva en gran parte simbólica que ordenaba a la Comisión Federal de Comunicaciones que “aclarara” partes de la Sección 230, la ley que absuelve a las empresas de redes sociales de la responsabilidad de la mayor parte de lo que publican los usuarios en sus plataformas. Poco después, Trump suspendió las visas H-1B , de las que dependen muchas empresas de tecnología para atraer talento del extranjero.

Ver más: “La concentración de poder de las grandes tecnológicas es perjudicial para Estados Unidos”

Biden no está tan interesado en alterar la relación de Estados Unidos con China, lo que sería una victoria para Silicon Valley. Aún así, Biden ha señalado su intención de tomar medidas enérgicas contra la información errónea en las redes sociales y le dijo a The New York Times a principios de este año que “nunca ha sido fan de Facebook”. También ha señalado su intención de modificar la Sección 230 y la protección que brinda a las empresas de Internet por lo que sucede en sus plataformas. En general, la relación amistosa de Biden con el valle tiene ecos de la administración Obama, un período en el que los ejecutivos de tecnología influyeron en Washington.

Biden sin el Senado: el combo ideal para las Big Tech

Joe Biden podría estar a unas horas de convertirse en el nuevo presidente de Estados Unidos, una victoria con la que pasará a la historia. Sin embargo, este logro es agridulce, si las estimaciones no fallan se pondrá al frente de la Casa Blanca sin el apoyo del Senado.

Esta posibilidad está gustando muy mucho al Nasdaq, el índice tecnológico, que lleva desde el ‘supermartes’ liderando las alzas en Wall Street. En las dos últimas sesiones ha avanzado más de un 6%. Unos avances que seguirán aumentando cuando se confirmen los resultados.

Los gigantes de la tecnología pueden terminar en el escenario de sus sueños con la Casa Blanca regentada por los demócratas y un Senado controlado por los republicanos”, señala Adam Vettese, analista de eToro.

El gran miedo de los mercados a la victoria de Biden es que ponga en marcha políticas que aumenten los impuestos, sobre todo los que afectan directamente a las grandes compañías, una posibilidad que se verá limitada si no controla el Senado. “Sin controlar las dos cámaras, la capacidad de Biden para aprobar aumentos de impuestos y aumentar la regulación estará restringida“, apunta el experto.

El plan fiscal de Biden contemplaba una subida del impuesto de sociedades desde el 21% actual a un 28%. Además, durante la campaña llegó a asegurar que iba a duplicar la tasa sobre los ingresos obtenidos por las filiales extranjeras de las empresas estadounidenses desde el 10,5% al 21%.

Twitter es uno de los ejemplos que mejor ilustra la nueva situación a la que se enfrentan las big tech. En las dos jornadas anteriores a las elecciones estadounidenses sus acciones se desplomaron cerca de un 26%, de hecho, el viernes 30 vivieron su jornada más bajista en lo que va de año. Una situación de la que se está recuperando desde que se han conocido los primeros resultados.