¿Por qué los humanos continúan creando robots?

Por Esben Østergaard, CTO y Co-Fundador de Universal Robots

Términos como “pesado, aburrido y peligroso” describen muy bien las tareas que las personas desean que realicen los cada vez más sofisticados robots presentes en diversos ecosistemas de la vida cotidiana. Permitir que estos realicen este tipo de trabajos no significa que las personas sean perezosas. Significa que desarrollan una nueva visión, así como una mejor realidad; el robot es la herramienta del hombre que le permite tener una vida mejor y menos mecanizada.

La historia de las personas que trabajan con robots es una en donde se refleja la búsqueda de un mundo mejor para la humanidad. En este contexto, la palabra “robot” tiene un lado “oscuro” y otro más amigable, miedo a lo desconocido y su enorme potencial respectivamente.

Es muy fácil que los humanos se sientan intimidados por el rápido desarrollo de la robótica. Los robots son señalados habitualmente como los villanos, se piensa recurrentemente que la tecnología se volverá loca como lo ha establecido la ciencia ficción con robots que buscan dominar el mundo. De acuerdo con un estudio desarrollado por The Pew Research, a nivel global 1 de cada 3 personas expresa cautela o preocupación por un mundo en el que las máquinas realizan muchas de las tareas que realizan los humanos.

Y es un hecho que: el robot no es un ser consciente. No es posible crear uno que lo sea. Los robots son lo que los humanos hacen que sean, y los robots hacen lo que se les programa que hagan. Ni más ni menos. Pero eso no impide a las personas antropomorfizarlos. Lo anterior no es un escenario desconocido ya que las personas que incluyen robots en sus espacios de trabajo suelen darle nombre a las máquinas o robots. Lo que en realidad es una herramienta útil y avanzada se llama Louis, Robert, Thelma, etc.

Al mismo tiempo, los nuevos tipos de robots continúan ingresando al mercado a medida que la tecnología entra en un “modo turbo”; cortadoras de césped, automóviles y aspiradoras tienen más “utilidades y sentidos” añadidos y se vuelven cada vez más autopropulsados. Cuantos más robots se integren en la vida cotidiana de las personas, más se sentirán cómodos a su alrededor. Cuando la versión automatizada de un producto ya no tiene el prefijo “robot”, sabemos que se ha convertido en una norma: ya no es una aspiradora robótica, es solo una aspiradora.

Simplemente, desde 200 A.C., los romanos construyeron la primera lavadora del mundo. La palabra robot se deriva del checo robota que significa “servidumbre” o por robtnik, que significa “esclavo”. La palabra fue utilizada por primera vez en 1921 por el escritor Karel Čapek en su obra Rossum’s Universal Robots.

Para Universal Robots el objetivo siempre ha sido desarrollar un tipo completamente nuevo de brazos robóticos flexibles y colaborativos dirigidos a los fabricantes pequeños y medianos (PyMEs). Es un hecho que, los robots fueron creados debido a la curiosidad, el deseo de crear y la capacidad de obtener constantemente nuevas ideas por parte de los humanos. El impulso de realizar nuevas ideas es más fuerte que una vida de ocio. Creo que esto está en el ADN de todas las personas, o de la gran mayoría. Sin embargo, pensar que las personas tienen la capacidad de desarrollar el uso de equipos, herramientas y máquinas más o menos automatizadas para que puedan acurrucarse en un sofá mientras estas máquinas hacen el trabajo, nunca ha superado el otro factor humano fundamental en esta ecuación: la ambición.

Es importante mencionar que existen otros factores que motivan al humano: el primero es el impulso primordial para comprenderse a sí mismo, esto es lo que motiva el desarrollo del robot hacia adelante. Las personas se esfuerzan por crear robots que puedan hacer las tareas que dominan pero que son extenuantes, repetitivas y mecánicas. Cuando las personas se reproducen como un reflejo de la tecnología, es por la misma razón que se construyen muñecos, osos de peluche y otros tipos de juguetes. Lo hacen básicamente para descubrir qué es lo que los define como seres humanos, en contraste con las máquinas y los objetos inanimados.

Otro factor que influye en el desarrollo de robots son las ganas de superación o el impulso. A diferencia de muchas otras especies, la humanidad aprendió a construir y utilizar herramientas, no para escapar de la monotonía y hacerse menos, sino para liberar recursos y potencial que le permitan hacer más con el paso del tiempo.