Prototipo innovador de un ingeniero argentino para ayudar a personas con problemas motrices de origen cerebral

Un traje de cuerpo entero con un esqueleto neumático logra que el paciente corrija su postura, gane estabilidad y tenga mayor control sobre sus movimientos. El prototipo fue pensado para contribuir a los procesos de rehabilitación

La Enfermedad Motriz de Origen Cerebral (EMOC), es una lesión
neurológica que retrasa el desarrollo de la postura y los patrones normales de movimiento de la persona, por lo cual presentan posturas asimétricas y limitación en la amplitud de sus movimientos, lo que podría generar lesiones musculares, óseas y en ocasiones también en los ligamentos. Con una incidencia de 2,5 a 3 de cada 1.000 niños nacidos, la EMOC es la principal causa de discapacidad física en la infancia. En Argentina, cada año hay 1.000 a 1.500 niños nuevos con esta discapacidad.

Lucas Ghirimoldi – durante el cursado de la carrera de Ingeniería Biomédica de Córdoba-, tuvo un primer contacto con estas patologías y las herramientas desarrolladas en otros países para colaborar en su rehabilitación. Así fue que diseñó, construyó y probó un prototipo destinado a favorecer tanto la bipedestación (el proceso de erguirse), como el desplazamiento de individuos con estas patologías. Se trata de un traje liviano, flexible y de cuerpo completo, confeccionado en tela de jean elastizada para lograr una compresión adecuada del tronco y las extremidades. La clave reside en un esqueleto neumático, compuesto por tubos de aire que parten de los tobillos, recorren los costados externos de las piernas, suben por la espalda y se prolongan por detrás del cuello y los brazos.

Al ser inflados con un compresor –lo que demanda apenas un par de minutos–, estas mangueras tensan la tela y de esa forma ejercen una presión extra sobre ciertos músculos posteriores y puntos específicos del sistema articular. El resultado es una mejora en la curvatura de la columna, el sostén de la cabeza, así como de la posición y estiramiento de las piernas. Todo ello genera una postura más erguida y relajada, junto a un incremento de la estabilidad.

Diego Beltramone y Marcela Rivarola, los profesores que lo asesoraron, aclaran que se trata de un prototipo no apto para su comercialización y que sería necesario programar estudios clínicos a largo plazo para evaluar su efectividad terapéutica en la rehabilitación de estos pacientes.

El traje respeta una serie de requerimientos en cuanto al diseño: es fácil de colocar; adaptable al crecimiento del paciente; se puede quitar fácilmente para ir al baño o cambiar el pañal; está construido con materiales suaves, hipoalergénicos y lavables. Los tubos del sistema de inflado, si bien son expansibles y soportan la presión del aire, adquieren al mismo tiempo la rigidez suficiente para facilitar el movimiento de las articulaciones.

Para simplificar la interacción entre el prototipo y la persona a cargo de manejarlo, Lucas Ghirimoldi creó la aplicación “Ortesis”, para teléfonos inteligentes con sistema operativo Android. Una vez instalado en el móvil, el software se conecta por Bluetooth al compresor y permite controlar la presión de aire inyectada al sistema neumático, que varía según las necesidades de cada paciente.
Una interfaz muy simple e intuitiva permite incrementar y disminuir gradualmente el nivel de presión hasta alcanzar el punto óptimo para quien use el traje. Ese valor puede ser guardado en las configuraciones y luego recuperado para inflar rápidamente los tubos de aire.

Este prototipo a futuro podría adaptarse perfectamente a  pacientes con otros trastornos motrices de diferente origen.