¿Qué nos dice la volatilidad del S&P 500 sobre la economía de Estados Unidos y del mundo?

(Global) El S&P 500, considerado un termómetro de la economía estadounidense, ha experimentado una notable volatilidad con los anuncios en torno a la imposición de aranceles a los socios comerciales de Estados Unidos, encendiendo las alarmas de inversionistas y analistas en todo el mundo.
El retroceso en 19% la semana pasada del índice —que agrupa a 500 de las empresas más grandes de Estados Unidos, con presencia en sectores clave como tecnología, salud, finanzas, energía y consumo— no solo refleja un ajuste en los mercados bursátiles, sino también un posible enfriamiento de la economía global.
“Cuando el S&P 500 cae de manera sostenida, lo que nos está diciendo es que los inversionistas están anticipando menor crecimiento económico, menores ganancias corporativas y, en muchos casos, mayores riesgos geopolíticos o financieros”, explica Octavio Pozos, director de Blue Whale Markets, plataforma de trading de divisas.
La jornada del 9 de abril con el anuncio del presidente Donald Trump en torno a una pausa en la mayoría de los aranceles, el S&P 500 registró una recuperación significativa del mercado impulsado por el optimismo de los inversores ante la tregua comercial, sin embargo persisten las preocupaciones por la estabilidad económica a largo plazo.
La expectativa de que la Reserva Federal mantenga las tasas de interés altas por más tiempo de lo previsto, los datos económicos mixtos que sugieren una desaceleración en el consumo y la inversión y las tensiones geopolíticas, especialmente en Medio Oriente y Asia, que han incrementado la aversión al riesgo, se encuentran entre los factores más destacados que han presionado a la baja este índice.
“El S&P 500 es un reflejo de las expectativas futuras de las empresas más importantes de Estados Unidos, muchas de ellas con operaciones globales. Por eso su caída no solo afecta a Wall Street, sino que tiene repercusiones en las bolsas de Europa, Asia y América Latina”, señala Pozos.
Históricamente, un ajuste significativo en el S&P 500 suele preceder periodos de mayor volatilidad financiera y menor apetito por activos de riesgo en todo el mundo. Los inversionistas tienden a refugiarse en activos más seguros como bonos del Tesoro estadounidense o incluso el oro.
“Los fondos de inversión globales toman decisiones en función del comportamiento de índices como el S&P 500. Una caída prolongada puede significar menor inversión en economías emergentes, depreciación de monedas y ajustes en los precios de commodities”, advierte el experto.
Pozos advierte que la volatilidad llegó para quedarse por un buen tiempo y los inversionistas deberán ajustar sus estrategias a este nuevo escenario.
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