¿Qué son los falsos positivos y cómo repercuten en las fintech?
Uno de los grandes diferenciadores de la industria fintech es su cercanía, atención y contacto con los clientes. Muchas de estas empresas tienen una propuesta de valor sumamente orientada hacia el usuario, ya que lograron identificar un nicho que la banca tradicional tiene desatendido.
Sin embargo, la reputación del ecosistema de los servicios financieros digitales está en juego cuando no se atienden de manera oportuna y eficiente las fricciones que comúnmente impactan de forma negativa en la experiencia del usuario, como por ejemplo los falsos positivos.
Este término se refiere a una situación donde una transacción es declinada automáticamente, debido a que erróneamente se detecta como una compra sospechosa o ilegítima; es decir, donde no se logró autenticar que el propietario de la cuenta es quien realmente quiere hacer una compra a través del comercio y/o fintech.
“El problema con los falsos positivos es que no todas las fintech cuentan con la capacidad de detectarlos y atenderlos sistemáticamente. Además, las pérdidas que ocasionan estas eventualidades, en su conjunto, pueden llegar a ser cuatro veces superiores a las provocadas por el mismo fraude. Es decir, si bien es necesario contar con medidas que permitan frenar una transacción sospechosa, es necesario establecer un equilibrio entre experiencia del usuario y su seguridad”, dijo José Andrés Chávez, CEO de Bayonet, plataforma de prevención de fraude y optimización de pagos electrónicos.
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Una buena noticia para el ecosistema fintech es que con base en cifras reportadas por la Comisión Nacional para la Protección y Defensa de los Usuarios de Servicios Financieros (CONDUSEF), en los primeros cuatro meses de 2021, las reclamaciones por un posible robo de identidad de personas físicas mostraron una reducción de 33.4%, respecto al periodo del año anterior. Esto quiere decir que los esfuerzos para prevenir la suplantación de identidad con fines de fraude en el ecosistema fintech del país está mejorando; no obstante, persisten los desafíos.
“En efecto, por las características propias del sistema financiero mexicano, el aumento de las transacciones digitales y sumado a las poco flexibles políticas de prevención de fraude, identificamos que una gran parte de las solicitudes de pago electrónico reales son ‘rebotadas’ y una gran proporción de éstas son falsos positivos”, añade el fundador.
¿Puede la tecnología mejorar la experiencia de usuario?
Una forma eficiente de combatir el robo de identidad es mediante la identificación de variables alternativas como la conducta de navegación, e-mail, teléfono y dirección IP del usuario, entre otros elementos, así las empresas tienen mayor certeza sobre el origen de sus clientes y pueden distinguir a los usuarios legítimos de las amenazas de fraude. Para ello, se promueve la consolidación de un buró de reputación digital que se encargue de recolectar y analizar esta data.
El buró de reputación digital, o red colectiva de datos, básicamente, permitiría a las fintech contar con una herramienta compartida para identificar a los usuarios cuyo comportamiento en línea y transacciones pudieran parecer sospechosas, ya que las variables a revisar tienden a ser repetitivas e identificables.
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Datos de la empresa señalan que para el sector fintech, al menos entre el 20 y el 30% de las amenazas de fraude provienen de usuarios recurrentes, es decir, de usuarios que atacan de forma recurrente a otras empresas. Estos parámetros permiten delinear estrategias de prevención de fraude y optimización de pagos más eficientes y lo suficientemente flexibles como para generar una experiencia sin fricciones.
Lo anterior no solamente permite prevenir el fraude, sino también evitar los falsos positivos y otorga una mejor experiencia a los usuarios auténticos, con ello el ecosistema fintech tiene grandes oportunidades de crecimiento porque así las empresas logran fidelizar a sus clientes.
