Robot de ADN con potencial terapéutico

En el Instituto de Tecnología de California (EEUU), dentro de los Laboratorios Caltech se construyó el primer robot hecho de ADN que transporta material genético o productos químicos de un lugar a otro por una superficie biológica
El robot tiene brazos y piernas que están formados por pequeñas secuencias de ADN unidas unas a otras. CCATTC, para una mano, o GTGGAT, para un pie, las distintas piezas se ensamblan formando un rompecabezas que está cuidadosamente diseñado.
La superficie por la que camina está construida con la técnica del origami genético, un método por el que se logra plegar la molécula del ácido desoxirribonucleico (ADN) a voluntad, hasta conseguir, en este caso, un área plana. En ella los investigadores han dispuesto distintos elementos que funcionan como carriles con cebos que atraen o repelen al androide para conducirlo a su destino.
Su energía le viene de las mismas propiedades de atracción, formación de enlaces biológicos y reacciones químicas que forman sus propias moléculas al aproximarse a otras que le sean afines. Es la propia fuerza de atracción entre átomos, iones, o interacciones entre distintos compuestos lo que le propulsa y se acopla, al punto exacto para el que está programado.
Estas leyes de la bioquímica lo dirigen mediante algoritmos calculados por Anupama Thubagere, Lulu Qian y sus colaboradores para recoger, cargar y descargar distintas nanopartículas, efectuando hasta 300 pasos para cumplir una orden. Puede transportar, de una en una o varias a la vez, proteinas, anticuerpos, pequeñas partículas de metal, productos químicos y, por supuesto, fragmentos de material genético. Además, se pueden combinar y en un mismo tablero pueden operar distintos robots.
“Queremos desarrollar piezas robóticas que puedan realizar funciones más diversas”, ha asegurado Qian. “Nos interesa diseñar un sistema como el de las feromonas que puedan seguir los robots, de la misma forma que las hormigas encuentran la ruta entre el nido y la comida”, ha afirmado la autora.
Las aplicaciones pueden ser múltiples. Desde la síntesis de nuevas medicinas fabricadas por estos minúsculos hasta su envío a los lugares precisos o la limpieza y reciclaje de productos tóxicos.