Superneuronas: ¿Por qué hay cerebros que desafían el paso del tiempo?

La eterna juventud –junto a la vitalidad y la agudeza intelectual asociadas a un cerebro joven– es un deseo universal que se ha materializado en conceptos recurrentes como el Santo Grial o la piedra filosofal.
El concepto de superancianos se usa para definir a aquellas personas de más de 80 años que conservan características cognitivas que corresponden a las de alguien con una edad 20 o 30 años más joven.
Estos “superancianos” tienen neuronas significativamente más grandes y sanas en una región del cerebro relacionada con la memoria.
Esas neuronas son incluso más grandes que las de personas de entre 20 y 30 años más jóvenes y no presentan una característica propia del Alzheimer, señala un estudio de la Universidad Northwestern (EE. UU) que publica The Journal of Neuroscience.
“Diferentes hábitos que mantienen a lo largo de la vida potencian la aparición y mantenimiento de este tipo de neuronas […]. Leer, tener una actividad social importante, relacionarse con los otros seres humanos, charlar de manera habitual hace que se mantenga la memoria, que se mantengan ciertas capacidades cognitivas”, señaló Christian Griñán-Ferré, profesor e investigador especializado en el envejecimiento y la enfermedad de Alzheimer de la Universidad de Barcelona
El fenómeno que nos permite modificar nuestro destino genético es la epigenética.
Los mecanismos epigenéticos son modificaciones químicas en el ADN que se producen por cambios en el ambiente (físicos o cognitivos) y que modulan la expresión de nuestros genes.
De manera que nuestro supuesto destino en forma de información genética puede ser reescrito -igual que puntuamos un texto- por las acciones de nuestra vida diaria. Y, además, pueden ser heredados por nuestros descendientes.
Que se vio en el estudio
La autora principal de la investigación, Tamara Gefen, señaló que creen que las neuronas más grandes “son una firma biológica de la trayectoria de superenvejecimiento”, puede que estén presentes desde el nacimiento y se mantengan estructuralmente a lo largo de la vida.
El centro universitario tiene un programa de investigación sobre el “superenvejecimiento” que estudia a personas de más de 80 años que muestran una memoria al menos tan buena como la de individuos 20 y 30 años más jóvenes.
El equipo quiere entender los rasgos biológicos de este colectivo, para lo que estudiaron la corteza entorrinal del cerebro, formada por seis capas de neuronas superpuestas, que controla la memoria y es uno de los primeros lugares afectados por el alzheimer.
La capa II de esa corteza recibe información de otros centros de memoria y es un centro muy específico y crucial en el circuito de la memoria.
Los “superancianos” tienen neuronas grandes y más sanas en esa capa, en comparación con sus compañeros de la misma edad, con individuos con fases tempranas de la enfermedad de Alzheimer e incluso con individuos 20 y 30 años más jóvenes.
Además, esas grandes neuronas están a salvo de la formación de ovillos de proteína tau, que es una de las características del alzheimer.
Los hallazgos sugieren que una neurona que se salva de la formación de ovillos puede mantener su integridad estructural, es decir, permanecer sana y grande, y lo contrario también parece ser cierto: los ovillos de Tau pueden provocar el encogimiento de las neuronas, según los autores.
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Que caracteriza a los superancianos
Parece ser que los superancianos comparten hábitos similares: se mantienen activos físicamente, tienden a ser positivos, desafían su cerebro y aprenden algo nuevo todos los días. Muchos continúan trabajando hasta los 80 años.
Además, la evidencia científica resalta la importancia de permanecer comprometido socialmente a medida que envejecemos. Actividades como visitar familiares y amigos, colaborar de voluntario en alguna organización y salir a diferentes eventos se han asociado con una mejor función cognitiva.
Una buena alimentación y buena salud física son complementarias a la actividad mental para que las personas adultas mayores puedan conservar características cognitivas de personas más jóvenes, dijo Mercè Pallàs Lliberia, catedrática de Farmacología en la Universidad de Barcelona.
“Las neuronas son unas de las células que requieren mayor nivel de energía de todo el organismo. Y esta energía viene en una parte importante por nuestra dieta. En el caso de estas personas que se han definido en este trabajo vienen acompañadas de la presencia de estas neuronas que son mucho más grandes de lo que es habitual y son más resistentes a situaciones de estrés. Eso hace que estas personas cuando envejecen puedan mantener esa capacidad cognitiva.”