Surfeando la era del algoritmo

Por: Emilio Madero, Vicepresidente de Marketing y Operaciones de Ventas de CenturyLink para América Latina

Vivimos un mundo en que las buenas ideas no conocen límites, la transformación digital, liderada por Inteligencias Artificiales, ha llegado para derribar las barreras de lo imposible, y llevar las opciones a la palma de la mano de los seres humanos. Empresas de transporte, pero sin ningún vehículo, empresas de alojamiento sin hoteles, Inteligencias Artificiales que literalmente nos cocinan alimentos más saludables, compañías de contenido, pero que no crean ningún contenido, otras que lideran el comercio electrónico, y no tienen bodegas ni gigantescos stocks.

Éste es el mundo en que hoy desarrollamos los negocios, quienes no tengan claro que la valorización y competitividad de las empresas ya no tienen que ver con sus activos físicos ni el peso de su marca; ni siquiera con la calidad de sus productos, simplemente, estarán fuera del juego. Ad portas de la “Cuarta Revolución Industrial”, las compañías que más destacan en el planeta son líderes en tres conceptos esenciales: diseño, innovación y creatividad.

Pero a ellos se agrega otro elemento crucial, una palabra que hasta hace pocos años se usaba, casi en forma exclusiva, en ambientes académicos e informáticos: “algoritmo”. Esto significa que las empresas no sólo deben ser disruptivas en diseño, innovadoras, creativas en sus estrategias, sino que deben sí o sí basar su negocio en algoritmos, como condición para competir e incluso subsistir.

Hemos sido espectadores de cómo muchas de las compañías más disruptivas han nacido a partir de un algoritmo que pasa a ser el motor del negocio, desde sus inicios como startups, hasta su consolidación, proyección y crecimiento en los mercados nacionales e internacionales. La razón de este cambio tiene que ver con la evolución tecnológica y la digitalización del mundo, condiciones que han terminado por catapultar a los algoritmos al estatus de actores clave en todos los ámbitos de nuestras vidas, desde las actividades personales más triviales hasta nuestros trabajos, desplazamientos, e incluso en las investigaciones científicas más complejas.

Un algoritmo es una secuencia de pasos a seguir, o un conjunto de reglas diseñadas para producir un resultado específico. Y, aunque los primeros algoritmos datan desde hace más de tres mil años, es el auge de la computación, traducida en una mayor capacidad de procesamiento de datos, y el desarrollo de las herramientas de Inteligencia Artificial, las que han terminado mostrando su alto poder de transformación.

En gran parte de nuestras actividades nos movemos en un mundo “algoritmizado”, desde que introducimos una palabra en un buscador, hasta los resultados que vemos y nuestra tendencia a hacer clic en uno o en otro depende de algoritmos. Del mismo modo, en las organizaciones cientos de tareas se han automatizado, lo que significará que en el futuro la creatividad y las habilidades blandas de las personas serán consideradas verdaderos tesoros, en tanto no son “algoritmizables”.

Más allá de casos anecdóticos, hay que tener conciencia de que los algoritmos son, de manera categórica, esenciales para los negocios de hoy, y están transformándolo todo. Gracias a la inteligencia de negocios y el big data, es posible conocer al cliente anticipándose a sus necesidades y decisiones. Se trata de la hiper personalización de los mercados, en donde las empresas estrechan lazos con sus clientes como nunca antes, esto obliga a las empresas a ser más ágiles, a crear más y nuevos productos y servicios diferenciados e hiper segmentados, buscando nuevas formas de incrementar ganancias.

Hablamos de decisiones a partir de datos convertidos en información, es decir, cada vez hay menos incertidumbre para lanzar productos. Todo se conoce con anticipación, los más ágiles en analizar datos, tomarán ventaja definitiva porque habrán actuado antes. En un mundo “algoritmizado” las buenas ideas no tienen límites, puesto que también se facilitan los emprendimientos para los que quieran innovar en los mercados.