Web3: de qué se trata el nuevo paradigma de Internet

Esta fase online replantea las formas de crear, compartir y monetizar contenidos, productos y servicios. Abrazar las posibilidades que aporta permitirá a las compañías reinventarse y seguir vigentes.

¿DE QUÉ HABLAMOS CUANDO HABLAMOS DE WEB3?

La web3 es la tercera generación de Internet que promete aumentar el protagonismo de los usuarios al permitir a los creadores digitales ser dueños de sus contenidos en línea. Esta nueva etapa de navegación viene acompañada de un sistema de intercambio económico totalmente inédito en el que el blockchain y los servicios financieros virtuales están en el centro.

Según los académicos del Internet, es esta una fase que se despliega de dos precedentes: la web1 y la web2. La web1 abarcaría la navegación entre 1990 y principios de 2000, caracterizada por el auge de los blogs, los foros de mensajes y de las páginas web estáticas. Por su parte, la web2 habría comenzado cerca del año 2005 de la mano de los gigantes de las redes sociales como Facebook, Twitter y YouTube. Aquí fue cuando los espectadores de la web1 empezaron a a crear y publicar sus propios contenidos.

Ahora, se espera que la web3 -un concepto que sigue en desarrollo- impulse a compartir y monetizar contenidos, productos y servicios sin intermediarios y de forma descentralizada. Los videojuegos que recompensen a los jugadores con tokens criptográficos o las plataformas de economía colaborativa son solo algunos ejemplos que cristalizan esta noción.

En el caso de las operaciones comerciales, el objetivo sería lograr prescindir de una plataforma de e-commerce que acerque al vendedor y al consumidor final al mismo tiempo que se garantiza la obtención de una comisión. La idea es que oferta y demanda se encuentren de manera directa.

Ver más: Cryptoeconomy: Putin propone un sistema de pagos internacionales independiente basado en blockchain

EL ROL DE LAS INSTITUCIONES FINANCIERAS

En términos concretos, como cualquiera podrá ser propietario de sus activos en la red, a través de la compraventa de activos tokenizados intercambiados de manera virtual, será necesario que los bancos, las fintechs y la industria de servicios financieros en general creen infraestructuras y medios digitales compatibles con la tecnología blockchain para el almacenaje, inversión y uso de esos activos.

Desde wallets hasta rieles de pagospasando por modelos crediticios y herramientas de inversión, son diversas las oportunidades de negocio que se presentan y pueden preservar la vigencia de las instituciones del sector. Se trata de reafirmar su rol tradicional pero reinventándolo en línea con las demandas propias de esta nueva etapa.

En lo que respecta a este resguardo e intercambio de activos tokenizados, el desarrollo de productos se encamina entonces hacia medios y canales virtuales que permitan transformar el dinero electrónico en moneda convencional, y viceversa. Es por lo que hablamos de billeteras y tarjetas virtuales que permitan a los usuarios utilizar criptomonedas o NFT (token no fungible) en sus compras físicas y digitales.

Como muestra de la creciente importancia que está adquiriendo el paradigma, un reciente estudio de la consultora Bain & Co. indica que la inversión en tecnologías alineadas a la web3 ha crecido aceleradamente desde 2021, superando los US$ 80.000 millones de dólares a nivel global. Más de la mitad de ese monto (US$ 48.000 millones) ha sido colocado en empresas del sector financiero que están desarrollando estos servicios relacionados a tokens, blockchain y contratos inteligentes, que son acuerdos que se desarrollan sobre la cadena de bloques y, por ende, no pueden ser alterados.

Se supone que la web3 representará una evolución de estos protocolos al permitir a los creadores de contenidos venderlos o ponerlos a disposición de la comunidad directamente, sin generar rédito económico para empresas que hoy centralizan la información. Esto demandará un sistema de intercambio económico seguro y ágil y, es allí justamente, donde las instituciones juegan un rol clave.

En esa línea de exploración, instituciones españolas como BBVA ya han implementado algunas prácticas interesantes basadas en la cadena de bloques. Junto con el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y la bolsa de Mercado de Valores de España, colocó recientemente el primer bono listado en un mercado regulado registrado usando tecnología blockchain. La plataforma podrá servir de base para futuras emisiones tanto en España como en América Latina y el Caribe.

En Colombia, por otra parte, la Superintendencia Financiera muestra avances experimentales dentro un espacio de pruebas controlado (o sandbox) sobre vías para usar dinero local (pesos colombianos) resguardado en cuentas de bancos tradicionales como Bancolombia o Banco de Bogotá para comprar criptomonedas que luego son alojadas en wallets digitales de plataformas cripto.

En síntesis, hablar de web3 implica hacer frente a un concepto cuyo significante está aún en evolución, como todo nuevo paradigma que se abre paso. Lo que sí está claro es que la navegación como la conocemos hasta ahora mutará para siempre.

La web3 está emergiendo como una revolución que transformará al sector financiero y la forma en la que se crean servicios de cara a los clientes. Por tal motivo, es importante que las instituciones se preparen y planteen su visión hacia el futuro, con el fin de generar valor a partir de las oportunidades y beneficios que toda revolución trae consigo.