WEF: Cuatro tendencias que conformarán las economías latinoamericanas en 2017

La economía mundial será más fuerte en el 2017. Sin embargo, existen dudas si América Latina se suma a esta ola de crecimiento. Existen cuatro tendencias que pueden contener algunas pistas.

Aumentos de tasas de interés en los EEUU

Para este año se esperan al menos otros dos aumentos de la tasa de interés de la Reserva Federal de Estados Unidos, debido a una perspectiva de crecimiento a corto plazo más fuerte, con la economía cerca del pleno empleo y la inflación hacia su nivel objetivo. Como resultado, se espera que el dólar continúe fuerte, lo cual incrementa el riesgo de salidas de capital de los mercados emergentes en América Latina.

A medida que se desarrolla el ciclo, la pregunta clave para los inversionistas en la región será cómo los políticos se adaptan a este entorno mundial cada vez más incierto. Ka inflación en gran parte de América Latina parece más manejable y los precios de los productos básicos estabilizados, los bancos centrales están en una mejor posición para utilizar la política monetaria para facilitar las condiciones y apoyar el crecimiento si es necesario. ¿Podría ser también una oportunidad para que las reformas estructurales críticas mejoren la competitividad?

Integración regional

A medida que el G-20 ha abandonado su compromiso de “resistirse a todas las formas de proteccionismo” bajo la presión de Estados Unidos, algunos de sus socios comerciales buscan reforzar las asociaciones existentes o construir otras nuevas. Los acuerdos comerciales existentes, como la Alianza del Pacífico y Mercosur, están de nuevo en el centro de atención y algunos miembros de la Asociación Trans-Pacífico buscan ver si el acuerdo podría adoptar una nueva forma sin los Estados Unidos.

América Latina también está explora nuevas fronteras en un mercado digital común para la región para facilitar el comercio electrónico, los servicios y los flujos de datos. Entonces, ¿cómo será el nuevo sistema multilateral de comercio? En este nuevo contexto, ¿puede Latinoamérica dar forma a su propio destino tanto en línea como regionalmente?

Escándalos de corrupción

El final del escándalo de corrupción de la Odebrecht aún no está a la vista; aún quedan más acusaciones. El resultado ha sido un tremendo grado de incertidumbre y un deterioro de la confianza en las instituciones, los gobiernos y el establecimiento político en las economías afectadas, ya que los responsables políticos se distraen con el escándalo y las reformas necesarias se detienen. Además, algunos proyectos críticos de infraestructura planificados están ahora bajo la lupa o están siendo cancelados, un revés que la región no necesita. Como resultado, el Grupo Eurasia estima que solo el Perú podría sufrir una caída del 1% en el crecimiento.

Dado que el impacto económico del problema es claro, ¿cómo los países pueden utilizar herramientas digitales para aumentar la transparencia y mejorar la gobernanza?

Innovación para adaptarse

Como las perspectivas económicas para las economías avanzadas y los países emergentes de Asia apuntan a un 2017 más brillante, las señales procedentes de América Latina siguen siendo mixtas en el mejor de los casos, y el FMI estima un crecimiento regional de sólo 1,2% para 2017.

Un estudio de la CAF (Banco de Desarrollo de América Latina) sugiere que muy pocos trabajadores poseen las habilidades que buscan las empresas productivas, impidiéndoles contratar y expandirse. Además, sólo un pequeño porcentaje de los trabajadores autónomos tiene las habilidades necesarias para abrir un negocio y convertirse en un empresario exitoso. ¿Qué reformas del sistema educativo y los programas de capacitación pueden ayudar a la región a aprovechar la Cuarta Revolución Industrial? ¿Cómo puede un mejor acceso al crédito facilitar las barreras para el lanzamiento de nuevas empresas productivas?

Algunos de estos tópicos serán discutidos en el World Economic Forum Latin America que se realiza esta semana en Buenos Aires.

 

Este artículo es una traducción y adaptación de un original escrito por Jennifer Beckman, Directora del Programa, Gobernanza Económica, Foro Económico Mundial